El narciso es una de esas plantas que florecen durante la temporada más fría del año, alegrando patios y jardines con sus flores preciosas y a todo color.
También llamada Narcissus (su nombre científico), es en realidad una planta bulbosa y pertenece a la familia Amaryllidaceae.
"El narciso se planta en otoño y florece a finales de invierno. Puede crecer y desarrollarse en semi sombra en el exterior de nuestras casas", asegura en su cuenta de Instagram la paisajista Clara Marré (@en_raizar).
Las flores del narciso se caracterizan por tener una forma similar a una trompeta, y pueden ser blancas, amarillas o naranjas, según la variedad.
El mito de Narciso
Nativa de Asia y África, esta planta debe su nombre a la mitología griega ya que, según el mito, Narciso era un joven de gran belleza que se enamoró de su propio reflejo al mirarse en un rió y murió ahogado al caerse al agua. Y en ese mismo lugar, es que creció la primera flor del narciso.
Cómo cuidar narcisos
- Luz y ubicación: si bien agradece una luz solar indirecta, puede crecer y desarrollarse en espacios a la semi sombra.
- Temperatura: al tratarse de una planta que florece en pleno invierno, es capaz de soportar bajas temperaturas.
- Riegos: moderado pero regular, ya que es clave mantener un buen nivel de humedad sin encharcar.
- Sustrato: debe ser fértil y contar con un buen drenaje que evite los encharcamientos.
- Poda: no es necesaria, con eliminar las flores marchitas y las hojas secas es más que suficiente.