Seguramente la viste alguna vez. La oreja de elefante es una de esas típicas plantas que tenía la abuela en el jardín y en el patio, que ahora se metieron en los interiores y se convirtieron en tendencia deco.
También como Alocasia, desfila por las diferentes plataformas de inspiración enamorando a primera vista con sus amplias y exóticas hojas verdes en forma de triángulo.
Pero además de su belleza y potencial decorativo, es una de las plantas que se las bancan todas y se la considera apta para principiantes en el mundo de la jardinería.
Por lo general, la oreja de elefante puede ir tanto para exterior como para puertas adentro.
Y si bien resalta por sí sola, te recomendamos plantarla en lindos macetones para darle el toque deco actual.
Cuando es chica, podés ponerla en cestos de fibras naturales que marcan un exquisito contraste con el verde de sus hojas y queda divino en cualquier rincón.
Tené en cuenta que es una planta que puede alcanzar los 5 metros de altura, por lo que resulta clave colocarla en un espacio amplio y abierto.
Pero no todo es ventajas... La Alocasia puede resultar altamente tóxica para niños y mascotas, por lo que se recomienda mantenerla siempre alejada.
Cómo cuidarla
- Luz y ubicación: necesita un espacio bien amplio y luminoso pero sin sol directo, ya que se decolora o quema; conviene ubicarla a la sombra o semisombra.
- Temperatura: al ser de origen tropical prefiere las más cálidas que oscilen entre los 18 ºC y 23 ºC. Se recomienda evitar las inferiores a 10 ºC ya que podría no resistirlas.
- Riegos: deben ser frecuentes pero moderados evitando siempre encharcar. Es clave pulverizar sus hojas con regularidad para otorgarle la humedad que tanto necesita.
- Sustrato: rico en nutrientes, poroso y con un buen drenaje que airee las raíces y evite los encharcamientos.
- Fertilizante: durante los meses de primavera y verano se le puede aplicar abono específico para plantas verdes o de interior con el agua de riego.