Originaria de Extremo Oriente, el jengibre es una planta medicinal tan amada como odiada por su sabor picante y alimonado. Pero también es uno de los alimentos con más beneficios para la salud y es muy recomendada para aliviar malestares como gripe, alergia, fiebre, entre otros.
Debido a su rara apariencia, puede parecer exótico y difícil de cultivar en casa. Sin embargo, en realidad es muy fácil de plantar y de cuidar. Pero lo mejor de todo es que como crece bien en espacios sin sol directo, es ideal para cultivar en el interior del hogar.
Solo vas a necesitar un trozo de raíz de jengibre o rizoma y a partir de ahí, comenzar con la producción.
Paso a paso: cómo plantar jengibre en casa
1. Colocá el trozo de raíz de jengibre o rizoma en un vaso con agua durante al menos 4 horas para que absorba la humedad que necesita para germinar.
2. Con el trozo de raíz de jengibre todavía húmedo, colocalo dentro de una bolsa de plástico y dejalo reposar ahí por una semana.
3. Durante ese tiempo, vas a ver que aparecen nuevos brotes en el trozo de jengibre, indicando que está listo para ser sembrado.
4. A la hora de elegir una maceta o recipiente para plantarlo, tratá de que sea de superficie grande ya que el crecimiento del jengibre es rastrero. También podés plantarlo directamente en tierra a una profundidad de 10 o 15 cm.
5. Colocá el sustrato en la maceta. Te recomendamos agregarle perlita y hacer agujeros para que tenga un buen drenaje y evite los encharcamientos. Si la maceta es grande podés partir el trozo de raíz en varios pedacitos para así obtener más producto.
6. Colocá los trozos de jengibre sobre el sustrato de manera horizontal y, con mucho cuidado, enterralos de a poco. En este paso es importante que no los cubras de tierra por completo, tratá de "hundilos" un poco, dejando los brotes o yemas afuera.
7. Te recomendamos regar ligeramente la tierra donde está plantado el rizoma sin mojarlo directamente, y con una frecuencia de cada 2 o 3 días.
Cómo cuidarlo
- Luz y ubicación: interiores o exteriores sin sol directo pero con buena luz natural. Evitá colocarla cerca de aires acondicionados o estufas.
- Temperatura: no aguanta ni el calor ni el frío intensos, por lo que las temperaturas ideales oscilan entre los 18 °C y los 21 °C.
- Riegos: poco abundantes y cada 2 o 3 días.