Plazoleta Carlos Pellegrini: la zona de Buenos Aires que quedó anclada en la Belle Époque - Revista Para Ti
 

Plazoleta Carlos Pellegrini: la zona de Buenos Aires que quedó anclada en la Belle Époque

Buenos Aires tiene la colección mas grande del mundo de residencias construidas en el siglo XX de neta factura francesa. Y es en este rincón donde aún hoy corre cierto aire versallesco para hacernos creer, por un instante, que estamos caminando por París o por la Buenos Aires de hace un siglo. De la mano de Mariela Blanco, periodista y autora de "Leyendas de ladrillos y adoquines", lo recorremos.
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Alvear es una avenida típicamente francesa. Originalmente, el camino que circulaba por allí era llamado Bella Vista. Vaya paradoja para una arteria vial que deslumbra y deja boquiabiertos a los transeúntes por su exquisita arquitectura.

En muchas de las fachadas de esas siete cuadras que atraviesan los barrios de Retiro y Recoleta está el sello de grandes arquitectos franceses. Pero, especialmente, la zona de la Plazoleta Carlos Pellegrini es un viaje en el tiempo y un viaje a la Ciudad de la Luz.

Plazoleta Carlos Pellegrini. Foto: Archivo.

Allí, se encuentra el Palacio Ortiz Basualdo, hoy Embajada de Francia; el Palacio Pereda Girado, hoy Embajada de Brasil y el Palacio Concepción Unzué de Casares, hoy sede del Jockey Club Argentino.

Embajada de Francia

El palacio es de estilo Beaux Arts y tiene reminiscencias de la Ópera de París. En rigor, es un hotel particular de grandes dimensiones

Embajada de Francia. Foto: gentileza Ivan BuenosAires.

La casa tiene un Salón Comedor que emula al Real Comedor de Oslo. Con planos del arquitecto francés Pablo Pater comenzó a construirse en 1912 para Daniel Ortiz Basualdo y su esposa, Mercedes Zapiola, quienes la disfrutan hasta 1939 cuando pasa a ser sede de la Embajada de Francia

Embajada de Francia. Foto: gentileza Adrián Cavalheiro.

Previendo la ampliación de la 9 de julio se hicieron cambios para que tuviera cuatro frentes y, afortunadamente, en 1970, ante el proyecto de ensanche de la Avenida, el edificio corrió el riesgo de ser demolido

Embajada de Francia. Foto: gentileza Ivan BuenosAires.

Vecinos y embajadores juntaron firmas para que no se tire abajo y, afortunadamente, la mansión en la cual se alojó el Príncipe de Gales en 1925, logró sobrevivir.

Embajada de Francia. Foto: gentileza Adrián Cavalheiro.

Es curioso, pero parado de espaldas a la Plazoleta Carlos Pellegrini, un transeúnte ocasional de hoy podrá tener ante sus ojos una postal similar a la que tuvo un ciudadano del 1900.   

Embajada de Francia. Foto: gentileza Ivan BuenosAires.

Embajada de Brasil

Celedonio Pereda era uno de los terratenientes mas acaudalados en nuestro país. En 1917 compró este lote al que le sumó un terreno de Felisa Ortiz Basualdo de Alvear

Embajada de Brasil. Foto: gentileza Ivan BuenosAires.

El estanciero y frecuente viajero se enamora del Museo Jacquemart-André de París pero no le daba el metraje del lote para reproducirlo en Buenos Aires. 

Embajada de Brasil. Foto: gentileza Ivan BuenosAires.

Ante la negativa del arquitecto Louis Martin, contrata al belga Jules Dormal

Embajada de Brasil. Foto: gentileza Ivan BuenosAires.

La suntuosa decoración la realiza la firma parisina Jansen y en el cielorraso del Gran Hall se aprecian lienzos inigualables del artista catalán José María Sert a quien Pereda le encarga personalmente en la capital francesa. 

Embajada de Brasil. Foto: gentileza Ivan BuenosAires.

La obra recién se termina en 1936. Dos años después se aloja allí el presidente de Brasil Getúlio Vargas y en 1944 el embajador Joao Lusardo compra la mansión para que funcione como sede diplomática.

Embajada de Brasil. Foto: gentileza Ivan BuenosAires.

Jockey Club

La actual sede del Jockey Club (cuyo impulsor y primer presidente fue Carlos Pellegrini) es un buen exponente de una casa ítalo-francesa de fines del siglo XIX.

Esta casa es el resultado de la integración de dos mansiones a través de sus respectivos jardines: la que tiene su ingreso por Avenida Alvear, propiedad de Concepción Unzué de Casares, y otra con frente sobre la calle Cerrito al 1300.

Jockey Club. Foto: gentileza Ivan BuenosAires.

El ingreso principal al club se abre sobre la Plaza Carlos Pellegrini en la que se erige el monumento a su fundador.

Allí, quien da la bienvenida a los socios Diana Cazadora de Alexander Falguière, una obra original adquirida por un coleccionista en la Exposición de Bellas Artes de París de 1892, como regalo a Aristóbulo del Valle, pieza que después adquirió Carlos Pellegrini y donó al Club.

Jockey Club. Foto: Archivo.

Esa escultura –que es símbolo de la institución- es una verdadera “sobreviviente” de la violencia política del 15 de abril de 1953 ya que fue salvada del “ataque” que sufriera la sede anterior del Jockey Club sobre la calle Florida.

Jockey Club. Foto: Archivo.

Texto: Mariela Blanco, periodista y autora de "Leyendas de ladrillos y adoquines".

Más información en parati.com.ar

 

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