Seguramente la hayas visto en algún lado. Nuestra protagonista de hoy, cuyo nombre científico es Ravenala madagascariensis, es una de las tantas plantas del momento y una de las más solicitadas en viveros.
Y no es para menos: su curiosa forma de abanico y su tronco cubierto con los pecíolos de las largas hojas acanaladas la convierten en una especie que no pasa desapercibida a primera vista.
Originaria de Madagascar y conocida popularmente como palma del viajero o árbol del viajero, es canchera, decorativa, fácil de cuidar y de rápido crecimiento. Y justamente estas características son las que la llevaron a convertirse en una de las especies favoritas para darle un look exótico y muy original a patios y jardines.
Pero eso no es todo: cuando el ejemplar es joven se puede colocar sin problemas en espacios interiores amplios y en maceta siempre y cuando sea grande (mínimo 60 centímetros de diámetro) y, sobre todo, profunda con agujeros en su base.
Pudiendo alcanzar una altura aproximada de tres metros -en su hábitat natural puede llegar a los diez- es una planta herbácea y, aunque parezca una palmera, en realidad no lo es ya que forma parte familia botánica de las Strelitziaceae, cuya 'prima hermana' es la bellísima strelitzia nicolai.
Como se mencionó anteriormente, la ravenela desarrolla un falso tronco con hojas que tienen largos peciolos de color verde y que brotan del mismo punto pero en dirección contraria a la otra.
Cómo cuidar una ravenala
- Luz: prefiere una exposición a pleno sol o semisombra.
- Ubicación: en exteriores se recomienda un sitio a pleno sol y plantarla a una distancia de 4 metros de muros y paredes para que su follaje pueda crecer bien y sin roces. Si se ubica en interiores, el espacio debe ser amplio y contar con una buena dosis de sol directo al menos durante varias horas al día.
- Temperatura: al ser de origen tropical prefiere las más cálidas (a partir de los 15 ºC). No tolera las heladas.
- Riegos: deben ser frecuentes y abundantes (3 o 4 veces por semana) pero esperando a que la tierra esté ligeramente seca para volver a regar. En verano se recomienda pulverizar sus hojas para brindarle una buena dosis de humedad.
- Sustrato: rico en nutrientes y con un buen drenaje.
- Fertilizante: desde principios de la primavera hasta finales del verano se recomienda colocarle abonos orgánicos o fertilizante líquido para plantas verdes una vez al mes.