La Santa Rita es una de las plantas más hermosas y buscadas de la temporada. Ideal para enredar en una reja, decorar una pérgola o guiar por un muro, es muy apreciada por su abundante floración con bellísimas flores de colores vibrantes que van del fucsia al naranja y que nos transportan a las orillas del Mediterráneo, donde son muy populares en fachadas bajas.
También conocida como bungavilla, es una planta arbustiva y trepadora con tallos leñosos que florece entre la primavera y el verano pero las flores pueden permanecer hasta bien entrado el otoño.
Originaria de los bloques tropicales de América Central y América del Sur, es fácil de cuidar y se desarrolla formando coloridas matas que dan vida a cualquier jardín.
En climas cálidos -y dependiendo de la variedad-, puede alcanzar hasta 8 metros de altura en un tiempo relativamente corto, por lo que es considerada una planta un tanto invasiva y el mantenimiento frecuente resulta fundamental.
Otro punto a tener en cuenta, es que posee con abundantes espinas que provocan urticaria, por lo que se recomienda evitar plantarla si hay peques o animales en casa.
Cómo cuidar una Santa Rita
- Ubicación: para que crezca sana y florezca con todo su esplendor, se recomienda ubicarla en una zona amplia que reciba sol pleno al menos durante 4 o 5 horas al día.
- Temperatura: al ser de origen tropical, le sientan bien las temperaturas cálidas que oscilen entre los 16 y los 30ºC. Se recomienda evitar las heladas protegiéndola con arpillera.
- Riegos: esta especie no es muy exigente en lo que respecta a sus riegos, en invierno se recomienda dejar que absorba el agua de la lluvia mientras que en verano lo ideal es regarla una o dos veces por semana evitando mojar sus hojas.
- Sustrato: le sientan muy bien los suelos ricos en nutrientes pero no tolera aquellos que sean calcáreos.
- Fertilizante: durante su época de floración -primavera y verano- se recomienda proporcionarle un fertilizante líquido completo una vez al mes.
- Poda: las ramas quemadas o dañadas por las heladas, deben podarse con la llegada de la primavera por una cuestión de mantenimiento.
- Plagas: si el ambiente es muy seco y poco húmedo, puede sufrir el ataque de cochinillas, arañas rojas y pulgones.