Amamos la Santa Rita. Y es que tan solo con mirarla cuando está en flor nos transportamos a las orillas del Mediterráneo, donde son todo un ícono en decoración de fachadas.
De porte arbustivo, es la planta trepadora más elegida para enredar en una reja, decorar una pérgola o guiar por un muro gracias a sus tallos leñosos y bellísimas flores de colores vibrantes, que van del fucsia al naranja dependiendo de la variedad. Y precisamente por estas características es que necesita un espacio amplio y abierto para poder crecer y desarrollarse correctamente. Por ese motivo, muchas personas renuncian a ella, sin saber que existe una variedad enana que no ocupa mucho espacio.
Santa Rita enana: la opción perfecta para espacios reducidos
La Santa Rita enana -también conocida por su nombre científico como Bouganvillea-, es la opción perfecta para quienes no tienen mucho espacio en sus casas pero no quieren renunciar a la belleza de esta planta.
Se puede encontrar fácilmente en viveros y tiendas de plantas y, a diferencia de su versión más grande, puede alcanzar apenas el metro de altura.
Originaria de los bloques tropicales de América Central y América del Sur, es fácil de cuidar y puede ubicarse tanto en interiores luminosos como en balcones y patios chicos.
Cómo cuidarla
- Luz y ubicación: para que crezca sana y florezca con todo su esplendor, se recomienda colocarla a pleno sol al menos durante 4 o 5 horas al día.
- Temperatura: al ser de origen tropical, le sientan bien las temperaturas cálidas que oscilen entre los 16°C y los 30ºC. Se recomienda evitar las heladas protegiéndola con arpillera o tela anti heladas.
- Riegos: no es muy exigente, en invierno se recomienda dejar que absorba el agua de la lluvia mientras que en verano lo ideal es regarla una o dos veces por semana, evitando mojar sus hojas.
- Sustrato: le sientan muy bien los suelos ricos en nutrientes pero no tolera aquellos que sean calcáreos.
- Fertilizante: durante su época de floración -primavera y verano- se recomienda ofrecerle un fertilizante líquido completo una vez al mes.
- Poda: las ramas quemadas o dañadas por las heladas, deben podarse con la llegada de la primavera por una cuestión de mantenimiento.
- Plagas: si el ambiente es muy seco y poco húmedo, puede sufrir el ataque de cochinillas, arañas rojas y pulgones.