Suavizar la gran estructura de una pérgola con plantas trepadoras con flor es un recurso perfecto para llenar los espacios exteriores de color y belleza.
Y si bien la lista de las especies favoritas es súper amplia y varia, hay una en particular que llama la atención a primera vista y enamora con su exoticidad: la flor pasionara (también llamada flor de la pasión o passionaria).
En el marco de la Semana Deco Para Ti te contamos todas sus curiosidades y cuidados para que la conozcas mejor y te animes a sumarla a tus espacios al aire libre.
Flor Pasionaria (Passiflora caerulea)
Originaria de Brasil y Perú, la Passiflora caerulea (su nombre científico) es una planta trepadora con flor, perfecta para decorar el jardín cubriendo pérgolas, rejas, arcos o muros.
Florece durante todo el verano regalando un festival de flores que pueden ser de color rosa, morado o blanco, y son tan lindas como originales.
Además, es una planta aromática que produce un fruto ovalado que en la variedad Passiflora edulis es comestible, el famoso fruto de la pasión o maracuyá.
La pasionaria es considerada una de las flores más exuberantes y es muy fácil de cultivar. Comprende cerca de 400 especies, similares en su forma, cuidados y floración.
Si bien su crecimiento es relativamente rápido, necesita un tutor para poder trepar y enredarse sin problemas.
Un dato curioso es que su nombre deriva de las llamativas flores que tienen forma de corona de espinas: cuando los misioneros cristianos llegaron a América del Sur y descubrieron esta flor espectacular le pusieron el nombre de pasionaria o flor de la pasión, ya que para ellos simbolizaba la muerte de Cristo.
Cómo cuidarla
- Luz y ubicación: exterior a pleno sol o semi sombra. También se puede cultivar en macetas en el interior del hogar, en un lugar muy luminoso y lejos de las corrientes de aire.
- Temperatura: las ideales oscilan entre los 10 ºC y los 25 ºC. Se recomienda proteger los ejemplares jóvenes del frío en invierno.
- Riegos: regular pero abundante, reduciendo la frecuencia en invierno y otoño.
- Sustrato: fértil, siempre húmedo y con un buen drenaje que evite los encharcamientos.
- Fertilizante: orgánico y moderado en primavera y en verano.
- Poda: luego de la floración se recomienda cortar hasta 2 o 3 yemas los tallos que hayan dado flor. Si está en condiciones favorables, puede crecer y trepar sin límite, por lo que es aconsejable podarla una vez al mes.
- Plagas: es sensible al ataque de cochinillas, pulgones y ácaros.
Fotos: Pinterest.