Ya sea por una cuestión práctica, estética o higiénica, las mamparas en duchas ganan terreno esta temporada y se convierten en las protagonistas de los baños modernos. Y es que a pesar de que las cortinas sigan vigentes y hayan evolucionado considerablemente en lo que respecta a materiales y diseños, las mamparas se posicionan como la opción más elegida.
Sin embargo, resulta muy importante tener en cuenta una serie de tips para dar con la mampara ideal (y no fallar en el intento).
Ventajas de apostar por mamparas
Como punto de partida conviene repasar algunos de los pros que ofrece esta alternativa que es tendencia en baños.
- Evitan las salpicaduras.
- Aumentan la seguridad.
- Son higiénicas.
- Son estéticas y pueden convertirse en un elemento decorativo capaz de transformar por completo el espacio.
- Su amplia variedad de diseños la convierte en una alternativa súper versátil.
- Aportan continuidad visual haciendo lucir al baño más amplio y luminoso.
Tips para elegir la mampara del baño (y no fallar en el intento).
1. Analizar el espacio disponible
Es importante que la mampara se adapte a las dimensiones del baño para que nada obstruya su funcionalidad y apertura -en caso de apostar por aquellas con puertas abatibles-. Además, resulta clave que se adapten al plato de ducha y a la distancia que exista entre ésta y el techo.
Por eso antes de salir al mercado en busca de la mampara ideal, conviene sentarse y analizar con detenimiento todas las medidas para que todo cuadre de la mejor manera posible.
2. Tener en cuenta la forma del plato de ducha
Está claro que la forma del plato de ducha va a ser la responsable de determinar el tipo de mampara ideal para el baño. Sin embargo en espacios difíciles, lo mejor será apostar por modelos a medida.
3. Analizar la distribución
Así como resulta imprescindible analizar el espacio disponible, también es clave considerar el tipo de distribución que tenga el baño:
- En línea
Si el mobiliario y los sanitarios están alineados en una sola pared, lo ideal será entrar a la ducha por el lado contrario. Para que resulte cómodo y funcional, se puede instalar un cerramiento fijo en el lateral próximo a los muebles, y en lado contrario, elegir el tipo de mampara según gustos.
- En paralelo
Si todos los elementos del baño están distribuidos a lo largo de las dos paredes más largas y en el fondo se encuentra la ducha, la manera más cómoda de entrar a ella será por el centro.
- En forma de L
En los baños con esta forma, lo más común es que el plato de ducha se encuentre en alguna de las esquinas o sea rectangular, ocupando gran parte de la pared. En estos casos, conviene apostar por un acceso central o lateral.
4. Elegir el tipo de apertura
El plato de ducha y el espacio disponible alrededor, determinarán el tipo de apertura adecuada:
- Fija
Se pueden instalar en cualquiera de los laterales formando una especie de "pared".
- Abatibles
Se abren hacia afuera o hacia dentro. Son fáciles de limpiar pero no son la mejor opción para baños pequeños.
- Plegables
Son las tipo acordeón. Se abren hacia dentro y no restan metros, siendo una buena opción para espacios chicos.
- Corredizas
Suelen ser las más populares y perfectas para baños pequeños.
- Pivotante
Al abrirse parte de la hoja se introduce dentro de la ducha.
5. Elegir el diseño
Este quizás es el punto favorito de muchos. Sin embargo, para otros, puede resultar un gran desafío.
- Mamparas 100% vidrio
En la mayoría de los baños modernos las mamparas se caracterizan por ser completamente vidriadas sin mucho detalle. Si bien quedan muy estéticas, algunas personas optan por añadirle algunos detalles en color negro en los bordes para un plus de elegancia.
Este tipo de mamparas aporta continuidad visual al ambiente, haciéndolo parecer aún más grande, y además permite el paso de la luz natural durante el día, en caso de tener ventanas.
- Mamparas de hierro y vidrio repartido: una tendencia en alza
Los paneles de hierro y vidrio repartido son tendencia esta temporada para separar ambientes sin evitar el paso de la luz natural. Como no podía ser de otra manera, se adaptaron y llegaron a conquistar también los baños. Si bien quedan divinos y aportan un aire muy moderno, corren con la desventaja de que su limpieza puede llegar a ser un dolor de cabeza.