¿Cuál es la mejor solución para proteger tu casa del calor, bajar la temperatura del interior y disfrutar del jardín o la terraza aún en pleno mediodía de verano? Sin dudas, instalar un un toldo. Por suerte, éstos se han perfeccionado a tal punto que sus telas garantizan una barrera perfecta contra los rayos del sol y sus brazos articulados se deslizan suavemente (aunque también podés darte el lujo de automatizarlos).
Mirá estos consejos para salir a comprar el más indicado para tu casa
A la hora de tomar medidas
Además de tener clara la ubicación es importante calcular bien las medidas. Para asegurarnos que el toldo cuenta con el tamaño adecuado hay que tener en cuenta: la línea (es decir, el ancho en paralelo a la pared) y la proyección (el despliegue del toldo abierto).
Tipos de toldos
A la hora de hablar de los toldos, existen dos grandes grupos: los Toldos Verticales y los Toldos de Proyección. Según el caso y la necesidad, será más adecuado optar por un toldo de uno u otro tipo.
- Toldos Proyectantes: los toldos proyectantes se usan principalmente en jardines y terrazas. Se trata de toldos enrollables y extensibles, que alcanzan hasta una inclinación de 90º . Además sus brazos se pliegan bajo la lona y apenas ocupan espacio. Son una manera inteligente de prolongar los ambientes interiores hacia el exterior, agrandando las zonas de uso y brindando un gran confort térmico.
- Toldos Verticales: los toldos verticales son grande aliados principalmente en balcones, galerías y ventanas. Se trata de un sistema de brazos abatibles colocados en el tubo de caída y fijados a la baranda. Cuenta con dos posiciones: vertical , que proporciona protección contra la lluvia, y proyectada, facilita la visión al exterior.
Telas para toldos
A la hora de elegir la tela hay que tener en cuenta: el clima, la transmisión de la luz y la protección contra la radiación solar que queremos. Las lonas acrílicas tienen especial resistencia a la decoloración y las de PVC son muy impermeables y resistentes a los desgarros.
Pero lo más nuevo en materia de telas para toldos son las lonas sintéticas con factor de protección solar y las que se fabrican con la técnica de juntas soldadas (en lugar de estar cosidos los paños de tela se sueldan) lo que brinda un acabado totalmente liso y uniforme, y permite un mayor lucimiento de las telas.
El color importa (y mucho)
Aunque pensemos que los colores oscuros siempre absorben más luz y, por ello, retienen más calor que los claros, en materia de lonas se sabe que siempre que éstas tengan buen gramaje y tonos oscuros, proyectarán más sombra y aislarán mejor del sol.
Por lo demás, la regla indica que los colores fríos, como el azul marino o el verde, son ideales para protegerse del sol y del calor, porque una mayor sensación de frescura. En cambio, los colores cálidos, como son el rojo o el naranja, transmiten calidez. Las lonas de color amarillo o blanco suelen recomendarse para cubrir terrazas o los espacios más oscuros donde menos luz solar llega.
Sistemas de accionamiento
Los toldos ofrecen dos posibilidades de accionamiento: manual o motorizado. En los toldos de gran tamaño, es conveniente optar por la motorización, porque permite un manejo más ágil y confortable del mismo.
También puedes automatizarlo con un temporizador o con un sensor para que se abra cuando hay sol y se recoja con lluvia o viento.
Tres tips para alargar al vida del toldo
- Alerta metereológica: Si el toldo no dispone de un sistema de cierre automática, conviene mantenerlo cerrado en caso de alertas por lluvia, vientos fuertes, nieve o granizo, para evitar daños en la tela o la estructura.
- Plegá el toldo sólo cuando esté seco. Es muy importante que si está mojado lo seques bien al sol antes de cerrarlo, ya que la humedad propicia la formación de manchas o moho.
- Limpeiza sin productos químicos ni abrasivos. Mucho cuidado con estos productos, porque deterioran el tratamiento impermeabilizante de la tela. Utiliza tan solo un cepillo de cerdas blandas o trapo con jabón neutro.