Es probable que lo hayas visto alguna vez desfilando por las diferentes plataformas de inspiración. El helecho plumoso es una de las plantas de moda para decorar la casa pero también una de las favoritas para armar ramos.
Nativo del sur de África, este arbusto trepador poco exigente es una de las plantas que mejor se adapta a vivir en el interior de los hogares y es una de las más recomendadas para principiantes en el mundo de la jardinería.
También conocida como Asparagus setaceus (su nombre científico) esta planta puede alcanzar los 3 metros de altura pero suele cultivarse la variedad 'Nanus' de menor tamaño.
Y lo que parecen hojas plumosas en realidad son tallos modificados llamados cladodios. Por su parte, las hojas verdaderas son minúsculas y parecen escamas.
Un dato curioso es que pesar de su nombre vulgar, esta especie no es un helecho verdadero sino que se trata de una planta emparentada con el espárrago.
Cómo cuidar un helecho plumoso
- Luz: abundante pero siempre evitando los rayos directos del sol en las horas más calurosas del día.
- Ubicación: en interiores se recomienda colocarla cerca de una ventana en un espacio bien luminoso. En exteriores prefiere un lugar más sombrío.
- Temperatura: prefiere las más cálidas y no tolera las inferiores a 7°C.
- Riegos: frecuentes en verano y primavera pero sin encharcar. El resto del año conviene espaciarlos pero sin que el sustrato llegue a secarse por completo. Se recomienda pulverizar sus hojas con frecuencia para mantener los niveles de humedad.
- Sustrato: agradece uno rico en nutrientes y con buen drenaje que evite los encharcamientos.
- Fertilizante: durante la primavera y el verano se puede aplicar abono universal para plantas verdes cada 15 días.
- Poda: se recomienda sacar las ramas secas y recortar las que hayan crecido demasiado.