Obra de los arquitectos Ariel Galera, César Amarante y Francisco Villamil, del Estudio Galera, junto a un gran equipo de constructores, ingenieros y especialistas del rubro, la casa Galatea impacta con un diseño único y rico en materiales y formas.
Ubicada en un tranquilo barrio de Cariló, en la costa argentina, esta modernísima vivienda propone un planteo en ¨L¨ que se eleva apenas sobre el nivel de calle, dentro de un lote casi plano en esquina, con una superficie construida de 285 m2 entre la planta baja y el módulo superior que le da contención a una suite.
Parasoles, los grandes protagonistas
La vivienda plantea una relación ambigua con el exterior gracias a un estudiado sistema de parasoles diseñados por el estudio Galera. Para el largo muro que da sobre la otra calle se realizó un sistema de parasoles con “escamas” prefabricadas de hormigón que permiten la entrada del sol y cierran las vistas desde el exterior.
Para otro de los largos muros, se optó en cambio por un sistema de parasoles pivotantes diseñados en chapa calada y que, además de brindar privacidad o transparentar los interiores, le imprimen a toda la casa un carácter lúdico y sumamente personal, ya que sus circunstanciales ocupantes pueden modificar temporariamente esta fachada según sus gustos o necesidades.
Como se trata de una casa de alquiler temporario en la costa, Galatea propone interiores despojados y versátiles, con pocos muebles y de muy fácil mantenimiento. Porque en esta propuesta, la arquitectura y los materiales son protagonistas: hormigón armado visto, acero corten, aluminio y vidrio, toman la posta. Sobre los muros interiores, los encofrados con tablas nuevas de pino imprimen en el hormigón la beta de la madera, logrando una imagen natural distorsionada.
La cocina abierta, remata a un lado en el corredor con los parasoles de metal óxido (diseñados por el estudio Galatea y responsables de graduar luces y vistas exteriores) mientras que del otro, un gran ventanal la incorpora la paisaje verde del bosque.
Galatea fue pensada con plena accesibilidad para personas con movilidad reducida. Prueba de ello es tanto la rampa que lleva al acceso como los ambientes abiertos y de fácil circulación, los baños amplios y los dormitorios ubicados en la planta baja (con excepción de la suite de la planta alta, que vale tanto para huéspedes como para un cuidador o personal auxiliar). Todos los ambientes se abren hacia un jardín central con la pileta y la galería en uno de sus lados.
Fotos: Diego Medina para Estudio Galatea.