Cae la tarde y los árboles se encienden con miles de lucecitas, y farolitos estratégicamente ubicados. Parece un lugar encantado. Es parte de la magia de un refugio para descansar, especial para parejas, en un entorno boscoso y con cabañas al estilo casitas de árboles. De cuento.
Este lugar está en Texas y se llama Honey Tree Farm. Sus cabañas tienen detalles deco únicos como la escalera helicoidal que las rodea por fuera y recorre sus tres pisos.
La madera es protagonista del interior. Bombillas colgantes de diferentes tamaños y formas cumplen la función de luminarias a la vez que decoran el ambiente. Se eligió pintar una pared en color azul ultramar opaco para contrarrestar con el blanco de las otras paredes en el ambiente que se ubicó la cama matrimonial.
Esta pared azul se extiende a parte del techo y está enfrentada a la cama matrimonial con respaldo tapizado con capitoné y romántico mosquitero de tul que cuelga desde el techo. La cama está montada sobre una caja de madera con listones blancos. Una gran ventana inunda de luz natural el ambiente. Dos lámparas flexibles negras se asoman desde la pared a cada costado de la cama y por encima de las mesas de luz en forma circular.
El mismo ambiente visto desde otro ángulo permite descubrir parte del baño. Se puede ver la ducha en el interior de una caja de vidrio y a un costado, la cocina.
En el baño se combinó de manera original azulejos y mosaicos en tonos azules, celestes y blancos.
Si la idea es tomar un baño de inmersión, en otro sector de la cabaña se instaló un espacio que invita al relax.
En la cocina se improvisaron cajones de madera que hacen las veces de estanterías para guardar los vasos y la vajilla. El mueble bajo la mesada de mármol es origen tailandés. Para ganar espacio, un frigobar en color acero.
Aberturas circulares invitan a mirar el bosques recostado sobre unos colchones repletos de mullidos almohadones.
Un camastro con mantas y almohadones, con un fogón, invitan a disfrutar de la vista al aire libre. Y en otra de las terrazas de madera construidas entre los troncos de los árboles, se colgó una hamaca paraguaya para una siesta.