Después de tres años de investigación, el estudio de arquitectura ZITA (@zita_architecture), en colaboración con Cristina Albornoz, construyeron esta casa de montaña.
El objetivo principal consistió en crear un ejemplo de cómo construir en un paisaje frágil y con alto valor ecositémico, como es el páramo, el lugar donde está emplazada.
Así se diseñó esta casa de montaña
Estar ubicado a una altura superior a los 3,000 msnm y entre los trópicos de cáncer y capricornio, le da al páramo la capacidad de producir agua. Esto se da por la relación entre la cobertura vegetal única y el ambiente húmedo resultante de la condición de niebla semi-permanente.
Esta niebla, a su vez, es uno de los elementos más presentes en el paisaje del páramo. Permanentemente modifica la vista y profundidad, ocultando y revelando montañas a lo largo del día.
Buscando tocar levemente el césped, la casa se eleva del piso a través de columnas de cemento que trabajan sin viga de amarre en piso. Esto evita crear barreras a los flujos de agua subterráneos.
Sobre estas columnas se instaló una estructura de pórticos prefabricados en madera. Estos son amarrados por medio de un sistema de muros y cubierta en OSB estructural creando un sistema de pórticos amarrados por diafragma, el cual le da propiedades estructurales a la piel de la casa.
Emplear un sistema prefabricado redujo los tiempos de ejecución y eliminó los residuos en obra. La instalación fue realizada 100% a mano evitando el ingreso de maquinaria pesada en obra.
El programa de la casa se divide en dos módulos conectados por un puente invernadero. El módulo principal contiene las zonas comunes y la habitación principal con su baño. El segundo dos habitaciones, cada una con su baño.
Al fragmentar los espacios, la escala del proyecto se redujo y las dos piezas adquirieron mayor área de fachada, lo que les permite tener diferentes diálogos con entorno por medio de vistas y transparencias.
Una casa de montaña pasiva
Esta casa ofrece condiciones óptimas térmicas por medio de estrategas pasivas de acumulación y disipación de calor evitando la dependencia en sistemas mecánicos.
La forma de la cubierta de los módulos permite que todos los espacios cuenten con luz directa y/o indirecta dependiendo de la hora del día. Las claraboyas están acompañadas de secciones de muro pétreo las cuales absorben calor del solo durante el día y le expiden al interior de los espacios en la noche.
El puente de vidrio que conecta los dos módulos es acabado con piso en laja extraída localmente, la cual acumula calor durante el día y lo ofrece a los espacios interiores cuando anochece.
Elevar la casa del piso también evita la acumulación de humedad permitiendo que los pisos estén permanentemente secos.
Los muros, la placa y la cubierta tienen cinco capas de protección térmica permitiendo que la casa ofrezca y mantenga las condiciones adecuadas de confort de una manera pasiva.
La capa exterior se compone de listones de pino ciprés. Este es quemado para protegerlo del agua e insectos y de esta manera asegurar su permanencia en el tiempo.
Al interior, los muros y cubierta son forrados en una capa de pino laminado cerrando al interior el sistema de control climático con un material que brinda tanto acabado como control de temperatura.
La forma de los volúmenes, además de generar los sistemas pasivos de confort térmico anteriormente mencionados, también genera un diálogo con la niebla del lugar permitiendo que los puntos altos de los mismos sean absorbidos por esta para posteriormente ser revelados de la misma manera que las montañas del páramo.
Ficha técnica
Ubicación: Colombia
Arquitectos: estudio ZITA
Área: 150 m2
Año: 2021
Fotos: ZITA
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