Ubicado en uno de los barrios más antiguos de la ciudad de Mérida, este espacio fue concebido como una casa-estudio para el artista mexicano David Serrano y Robert Willson, donde pudieran trabajar sus piezas, relajarse y que funcionara además como punto de encuentro entre coleccionistas, galeristas, artistas, compañeros y amigos.
El estilo de la propiedad fusiona elementos de la arquitectura colonial yucateca y del modernismo italiano del siglo XX, con el que los propietarios se sienten conectados, ya que por casi 25 años trabajaron con piezas del siglo XX en su Galería ‘Downtown20’ de Los Ángeles, California, por lo que era muy importante para ellos reflejar este estilo en el proyecto.
Un claro ejemplo de esto es el diseño de la fachada que fue inspiraba en la obra del arquitecto italiano Gio Ponti.
Para su construcción, se utilizaron materiales tradicionales de maneras contemporáneas.
Por ejemplo, en el caso de los pisos, se reinterpretaron los antiguos calcáreos típicos de la ciudad, pero sin encuadrarlos al espacio, como si se tratara de una alfombra dispuesta aleatoriamente.
Algo similar se hizo con las paredes interiores: en lugar de usar pintura se utilizó un recubrimiento de chukum en diferentes tonalidades produciendo dinamismo, profundidad y una textura aterciopelada.
Los ventanales, fabricados con herrería en color negro y cristal transparente, hacen alusión a la arquitectura funcionalista, conectando el espacio hacia un jardín lateral y al patio trasero, generando una agradable brisa producto de la ventilación cruzada.
La espacialidad del proyecto es muy sencilla, como si de un pequeño loft se tratara, pero dentro de esa sencillez resaltan piezas icónicas del diseño.
Por ejemplo, la planta baja cuenta con un área de trabajo con una mesa estilo Jean Prouvé, la sala con una silla LC1 de Le Corbusier y una lámpara de Verner Panton, el comedor con piezas vintage de los años cuarenta de Woodard, la cocina con electrodomésticos SMEG.
Flotando en el espacio resalta un cubo de cristal naranja como elemento protagónico, sorpresivo y totalmente inesperado y que además de albergar un baño en su interior, tiene el doble propósito de fungir como un lienzo para dibujar y experimentar.
En la parte trasera de la propiedad se destaca, entre lo monocromático del exterior, una silla Roly Poly que se encuentra junto a la pequeña piscina en color negro que hace alusión a la arquitectura de Mies van der Rohe.
La escalera en espiral, como si de una escultura se tratara, con su sutileza y elegancia une el espacio público con el privado donde se encuentra un closet vestidor, un wet room y la habitación, donde sobre la mesa de noche junto a la cama ilumina una lámpara de Gio Ponti.
Una casa-estudio que enamora con sus patrones, texturas y colores.
Studiolo representa por completo al artista que la habita, un artista que ama el color, la yuxtaposición de elementos y tomar riesgos, un reflejo de su estilo personal y profesional.
Ficha técnica
Ubicación: Mérida, México
Arquitectos: Workshop, Diseño y Construcción
Año: 2021
Fotos: Tamara Uribe