Esta casa de pocos metros tiene lo justo y necesario para el habitar de un matrimonio joven y su pequeña hija.
Muebles de petiribí y otras madera nobles, texturas que se lucen arrugadas para mostrar la nobleza de los tejidos, infaltables velas y una precisa selección de objetos, son protagonistas de una ambientación donde nada falta y nada sobra.
“Pensamos cada ambiente a través de los sentidos, sumando aquello que nos gusta mirar, oler, tocar o aquello que habla de nuestro pasado. Cada rincón tiene una identidad propia y marcada”, dicen las arquitectas.
Producción: Mery de la Cruz. Fotos: Fabián Uset. Video y edición de video: Guido Puterman.