El terracota es un color que surge de la naturaleza: tierra cocida es su traducción; de ahí que se llame también terracota a las piezas de arcilla cocidas en horno.
Se trata de un color potente y con fuerza, capaz de vestir con mucha presencia cualquier espacio.
Los tonos tierra son seguramente los favoritos en decoración de interiores. Desde los más claritos, como en arena o el beige, hasta los más intensos, como el chocolate y el terracota, toda la gama tiene el poder de vestir los interiores con elegancia, sin importar el estilo dominante.
Sin embargo, el terracota ha hecho su propia carrera, y hoy se destaca en el top ten de los tonos más buscados, tanto para pintar muros como en tapizados.
Terracota para todos los estilos
Si bien el terracota es un color que proviene de la arcilla seca y se le asocia a interiores o espacios de carácter rústico, su versatilidad ha sido reconocida y hoy se lo puede ver en las paredes de cualquier espacio, ya sea rústico o minimalista, o incluso clásico.
Terracota protagonista y cómo combinarlo
Las paredes en color terracota son claramente protagonistas: tienen el poder de atrapar todas las miradas. Una pared de la cocina o el comedor, incluso la pared cabecera del dormitorio, pueden quedar muy elegantes y con personalidad si se llevan en terracota.
Lo importe es saber cómo combinarlo para equilibrar y moderar su fuerza. Frente a un muro terracota, el resto en blanco, por ejemplo, aporta no sólo contraste sino una alta dosis de luminosidad.
Además de blanco, con el que crea un fuerte contraste, podés combinarlo con tonalidades claras, que le bajen un poco la intensidad y aporten serenidad: desde los tonos tierra más suaves, hasta los neutros o los fríos azules y verdes, pueden oficiarle de buenas parejas.
Terracota rústico o sofisticado
Aunque a primera vista el terracota se relaciona íntimamente con el estilo rústico (se lleva muy bien con las fibras naturales y la madera), se lo puede ver también en espacios de corte wabi-sabi (ese clásico japonés tan delicado y sereno) o, muy por el contrario, en habitaciones sofisticadas: géneros de buen corte, como el terciopelo, lo combinan con destellos dorados y toques de negro para lucir una versión del terracota más glamorosoa.
Los climas del terracota
Según la intensidad que tenga el tono elegido, el terracota puede aportar distintos climas. En sus gamas más claras, el terracota genera calma y armonía (puede ir muy bien incluso en un dormitorio o en un recibidor). En sus tonos más fuertes, el terracota logra imprimirle personalidad al ambiente (se lleva muy bien en áreas sociales, como livings o comedores) o en potenciar cierta sensación de hogar: se lo usa mucho para resaltar una pared de la cocina.
Suelos terracota
Los suelos de terracota son fáciles de reconocer por su color intenso y natural, resultado del proceso de cocción de la arcilla con la que se hacen este tipo de baldosas. Históricamente se los utilizó para ambientes de tenor rústico y campestre, pero también en exteriores, por su resistencia y durabilidad.
Las baldosas de terracota se consiguen hoy en distintos acabados, con o sin brillo. También en distintas intensidades del terracota, para elegir a gusto. En todos los casos, lo seguro es que las baldosas de terracota se distinguen siempre por su personalidad.