Al principio se hablaba de los beneficios cosméticos del aceite de coco para la piel y el pelo. Después se incentivó su consumo y las celebrities fueron las primeras en adoptarlo: Miranda Kerr le pone una cucharada a sus ensaladas e incluso a su taza de té verde; Gisele Bündchen lo usa como ingrediente en tortas y dulces para su familia; Angelina Jolie no comienza su día sin antes tomar una cucharada en ayunas y Jennifer Aniston fríe en él nachos que ella misma prepara. De ahí se convirtió en moda y pasó a ser el alimento estrella de las dietéticas.
Dicen que es bueno para acelerar el metabolismo y para perder grasa, que mejora la función cerebral, aumenta el colesterol bueno, da energía... Sin embargo, las bondades de este súper alimento veggie se cuestionaron al viralizarse los dichos de la profesora y epidemióloga de la Harvard T. H. Chan School of Public Health, Karin Michels. Lo catalogó como "puro veneno" durante una conferencia que dio en la Universidad de Friburgo bajo el título de Aceite de coco y otros errores nutricionales.
Durante la conferencia que se vio más de un millón de veces en YouTube, aseguró que “es uno de los peores alimentos que se pueden consumir”. Usado tanto para cocinar como consumido en cucharadas (1 cda. tiene 117 kcal), se encendió la polémica: ¿es bueno o malo? Michels lo compara con la carne de cerdo por sus grasas saturadas (tiene un 92%), lo cual contribuye al aumento de las lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol malo). Aunque también admite que el ácido láurico del aceite "aumenta el colesterol bueno (HDL), este aumento no compensaría la suba del colesterol malo, lo cual tiene un efecto perjudicial sobre la salud cardiovascular si se lo consume regularmente".
Según Alejandro García, médico especialista en Medicina del deporte, "Es un disparate que lo catalogue como un veneno. De hecho, en el ámbito científico no tuvo ninguna trascendencia porque es poco serio que un profesional compare el aceite de coco con la grasa de cerdo… ¡Es como comparar un cuatriciclo con un auto! Las dos son grasas, pero una viene de un animal y otra de una fruta. Por ende tienen composiciones bioquímicas completamente distintas".
Y aclara: "El principal problema es que la población suele guiarse por modas y, como escucharon que el aceite de coco es bueno, empezaron a comprarlo y consumirlo en exceso. Y lo que es peor, sin importarle el origen. Para que el aceite de coco sea bueno tiene que ser puro. Sin embargo, muchas personas compran productos hechos a base de coco que no sabemos si están adulterados o contaminados".
LA PROMOTORA. Sascha Barboza, fitness y nutrition coach, es una de las que impulsó desde sus redes la moda de consumir aceite de coco. En (@saschafitness), la siguen 2,8 millones de personas. Consultada por sus followers, ella hizo su descargo: "No estoy de acuerdo con los dichos de esta doctora. El aceite de coco tiene una combinación única de ácidos grasos y puede tener efectos positivos en la salud. Es excelente para el cerebro. El exceso de cualquier cosa puede causar daño. Todo es moderación".
EN LA MEDIDA JUSTA. Por su parte, María Lidia Herrera, especialista en aceites y vicedirectora del Instituto de Tecnología en Polímeros y Nanotecnología (ITPN) de la Universidad de Buenos Aires y CONICET, aclara que "Nadie se va a morir por consumir aceite de coco, no es como el cianuro que después de ingerirlo te morís en diez minutos".
Y en cuanto a que eleva los niveles de colesterol malo, Herrera –distinguida en 2011 por su investigación de búsquedas de alternativas a las grasas trans– tranquiliza con su afirmación: "El aceite de coco tiene grasos saturados cortos que, se supone, elevan el colesterol sanguíneo; pero si uno tiene una dieta balanceada no habría ningún problema. Se trata de qué porcentaje de cada cosa comés, porque los efectos son a largo plazo y todo tiene que ver con el tipo de vida que lleves, si hacés o no ejercicio, entre muchas otras cosas".
En este mismo sentido, Javier Rodríguez, licenciado en Nutrición y especialista en deporte y sobrepeso, asegura: "Todo en nutrición tiene un cómo, cuándo, dónde y por qué. Por lo tanto, no creo que haya que universalizar nada, no podemos decir que el aceite de coco es malo para todos. En el caso de los veganos es bueno porque lo usan para sustituir otros alimentos y les aporta muchas calorías. Ahora bien, en los casos de sobrepeso y obesidad casi no se usa ya que la idea es bajar el consumo calórico. Todo depende de los objetivos que uno tenga".
El licenciado García agrega: "Obviamente que si consumimos aceite de coco en exceso dejaría de ser saludable, pero lo mismo pasaría con el aceite de oliva o cualquier otro ingrediente. No hay alimentos mortales, sino dosis letales. En definitiva, lo malo son los excesos". Como en todo, la clave es lograr el equilibrio.
Informes: Candela Urta ([email protected]) Texto: Agustina D’Andraia ([email protected]) Foto: Latinstock