Meticuloso, perfeccionista y cultor del bordado, el diseñador argentino, es un referente de la alta costura argentina con gran proyección en el plano internacional.
Enamorado del proceso creativo artesanal, Lage, abrió las puertas de su taller para develar cada detalle de cómo se realiza una pieza de su colección.
PUNTADAS DE HILO Y AGUJA. "Un vestido puede llevar hasta 6 meses para ser confeccionado, la gente no se imagina cuantas manos trabajan en esa pieza", confiesa. Esto se puede reparar en cada imagen.
EL proceso se inicia con el diseño -acompañado de la elección del género- de la pieza que luego es trasladado al trabajo de moldería.
El sello personal da vida a piezas irrepetibles a través de texturas y materiales nobles: hilos de seda, gasas, guipures, mostacillas, pailletes un infinidad de posibilidades.
Meticuloso, perfeccionista, y con la confianza ciega en su equipo de 20 personas, donde el trabajo de las bordadoras luce en cada detalle. Una vez confeccionado las modificaciones se van realizando en el mismo cuerpo de la modelo para que este adopte el diseño deseado.
La prueba final, la de calce, se examina la pieza en su integridad. El diseñador asegura que es un paso decisivo y pone su mirada estricta en cada detalle.
En el mundo de la alta costura, Lage es uno de los favoritos para diseñar ropa de fiesta, novias y madrina.
Fotos: atelier Gabriel Lage