506 metros cuadrados cubiertos distribuídos en un terreno de 726 metros cuadrados, cinco habitaciones, una amplia galería… espacios que le quedan grandes a Juana Viale en esta nueva vida que le toca emprender mientras ve cómo sus hijos parten en búsqueda de nuevos rumbos. De esa forma, sufre, como tantos otros padres, el llamado síndrome del nido vacío.
La nieta de Mirtha Legrand tomó la decisión de desprenderse de su imponente propiedad luego de que Ámbar de Benedictis se instale en Francia para estudiar y que Silvestre Valenzuela haga lo propio teniendo en cuenta que hasta hace unos meses las clases presenciales en Argentina no estaban habilitadas y por eso decidió cursar en Chile.
La noticia es más que significante: no solo implica poner a la venta un inmueble, sino genera toda una trama alrededor de la idea de terminar con una etapa de su vida en una casa que tiene un sello propio.
Se sabe que ella ama esa casa. Partiendo de que fue un regalo de su abuela Mirtha Legrand, Juana supo poner su impronta en cada uno de los rincones. Desde la decoración al armado de una huerta que le da verduras de todo tipo a lo largo de las distintas estaciones del año, la actriz hasta llegó a tener siete árboles de paltas.
Qué es el síndrome del nido vacío
El síndrome del nido vacío representa la sensación de “pérdida” o “dolor” que atraviesan los padres con la partida de sus hijos. Si bien este término está arraigado en todas las sociedades y por lo general siempre que se escucha sobre el tema se sabe de qué se está hablando, hay que destacar que carece de identidad diagnóstica.
Quienes suelen sufrirlo, en mayor medida, son las mujeres. Juana es una madre muy presente por lo que ahora, uno de sus roles personales queda sin cubrir. Una de las primeras y más importantes cosas que los padres deben hacer si están teniendo dificultad con el nido vacío, dicen los expertos, es reconocer que han experimentado una pérdida y que está bien sufrir esa pérdida.
