Desde finales de este mes comenzará a venderse en Holanda “Máxima, la construcción de una Reina”, la biografía no autorizada de Máxima Zorreguieta escrita por Rodolfo Vera Calderón y Paula Galloni. Traducida al neerlandés, prometen revelan una larga lista de secretos de la monarca argentina. El libro ya está a la venta por estas latitudes desde mayo de este año y sus autores lograron, luego de su publicación, recolectar aún más detalles inéditos.
De acuerdo a lo que contó el especialista en realeza al diario La Nación, hay un dato especial y para conocerlo hay que remontarse a la época en la que llegó a Estados Unidos en 1995 y pasó esos primeros meses en Nueva York sin trabajo. Ella estaba abierta a la posibilidad de encontrar un gran amor que le cambie la vida.
En principio se instaló en Hamptons y luego se mudó a la propiedad de Robert Augspach y Fátima Gobbi, que estaban en Manhattan porque él estudiaba una maestría en Columbia. Ella era muy amiga de Fátima, a quien conoció en la época en la que se desempeñó en el viejo Banco de Boston y, además, uno de sus tíos fue el gerente de producción ganadera en el campo que la familia Augspach tenía en Pergamino.
Los días lejos del glamour del palacio
Las comodidades de las que goza en este presente están lejos de esta historia que data de finales de la década de los noventa: dormía en un sillón y no tenía trabajo. Obviamente que esta situación no le simpatizaba por lo que su primer objetivo era tener un empleo para poder alquilar un departamento y dejar el de sus amigos. En medio de todo esto, se tomó con Pablo Jendretzki, un arquitecto argentino que de buenas a primera le robó el corazón.
Vera Calderón contó algunas perlitas de este romance: “Pablo era un tipo al que, si llegabas a través de cierto círculo social, lo terminabas conociendo. Era lo que se dice un social butterfly: él siempre estaba en todos los eventos sociales importantes, no se perdía ni uno”. Tener una mujer simpática, de buen porte e inteligente era algo más que valorable para él… pero ella también vio la oportunidad de hacerse de contactos que sirvan de ayuda para poder seguir creciendo en su carrera.
Pero la suerte de Máxima no estaba de su lado. Instalada ahora en el departamento del arquitecto, cada vez pasaban más días sin la posibilidad de conseguir trabajo. El libro escrito deja en evidencia algo de esto: “Ahí viene la pesada”, era la frase que repetía Martín Bullrich, el roomie de Jendretzki, cada vez que la veía venir.
La historia se dio vuelta en el ámbito laboral casi un año después cuando consiguió entrar al HSBC James Capel Inc, entidad en la que llegó a ser la vicepresidenta de ventas institucionales orientada a Latinoamérica. Y, en el plano amoroso, también ya que la relación con el argentino no estaba funcionando y la dieron por terminada. La historia cuenta que él se ofendió cuando no integró la selecta lista de invitados del casamiento con Guillermo Alejandro de Holanda el 2 de febrero de 2002.