La princesa Leonor y la infanta Sofía no dejan de sorprender con diferentes habilidades. Las hijas del rey Felipe y Letizia tienen una amplia formación institucional y académica, y ahora demostraron también su gusto por la gastronomía.
Ambas lo dejaron en claro cuando asistieron a un taller donde enseñaban a hacer diferentes platos y ellas confesaron ser fans del “Minibabybel” de “camembert” trufado, tomate con lluvia de frambuesa escarchada y velas de chocolate blanco. Suena a una verdadera exquisitez.
La princesa Leonor es una adolescente con muchas inquietudes culturales, medioambientales, deportivas… y gastronómicas. Le encanta la música clásica, leer antes de irse a dormir, el ballet, montar en bici, la fotografía y también cocinar, una pasión que comparte con la infanta Sofía, quien se maneja de maravilla en este ámbito; incluso más que su hermana según se rumorea.
Herencia de mamá
El gusto por la cocina se los inculcó la reina Letizia, quien las orienta a una alimentación saludable, y la elaboración forma parte de ese todo.
Como la música, el arte, el dibujo, los libros, el cine, la actualidad, sobre la que hablan los cuatro a diario, saber preparar un buen plato está por encima de la socialización de la cocina. Hay que ir más allá de lo que se pone en el plato, verlo desde otra perspectiva. Aprender a cocinar también es conocer los alimentos, comer bien, jugar con la imaginación y la creatividad, explorar sabores.