Hoy se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, razón por la cual el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) informaron acerca de las alarmantes cifras de esta violenta práctica que aún se realiza en 30 países de África, Oriente Medio y Asia Meridional. En esas regiones, unas 200 millones de mujeres aún son víctimas de esta salvaje costumbre.
Según cifras de la Fundación Ayuda en Acción, que trabaja para erradicar la mutilación genital femenina, en el último año hubo un 25 por ciento más de niñas mutiladas. E indica que lamentablemente solo se ha podido tomar constancia de estos casos tras la apertura de los colegios tras el período de confinamiento.
En tanto que la ONU advirtió que por la pandemia de coronavirus, que obligó a miles de niñas y jóvenes a estar más tiempo en sus casas, fueron centenares las que se vieron expuestas a un mayor riesgo de padecer violencia de género intrafamiliar.
Por este motivo, Henrietta Fore, directora de Unicef y Natalia Kanem, directora del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), advirtieron, en una declaración conjunta que antes de 2030 habrá 4 millones de niñas en riesgo. “Únicamente una acción conjunta, concertada y con el financiamiento adecuado puede poner fin a esta violación de los derechos humanos”, dijeron.
“Necesitamos garantizar que las niñas tengan acceso a la educación, a la atención de salud –incluidos servicios de salud sexual y reproductiva– y a medios de subsistencia, y que estén protegidas por leyes, políticas y nuevas normas sociales”, continuaron las funcionarias.
E indicaron que poner fin a la mutilación genital femenina "exige la colaboración entre un amplio grupo de actores, y esto incluye a encargados de formular políticas a nivel mundial, regional, nacional y local, a la sociedad civil, desde pequeñas organizaciones de base comunitaria hasta organizaciones no gubernamentales internacionales”.
Según Télam, la mutilación genital femenina es una práctica milenaria que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos y que internacionalmente es reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas.
Puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluido dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte.
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