Elegir mal la base, un exceso de producto o abusar de los brillos puede costarte caro. ¿Sabés maquillarte? Los expertos eligieron los errores más frecuentes de cada época.
A medida que los años pasan, el maquillaje debe cambiar para adecuarse no solo al momento de tu vida sino también a la piel.
De los 18 a los 24 años se siguen las tendencias de moda, los problemas faciales más comunes son el acné, los puntos negros y el cutis graso. Por lo que antes de aplicar cualquier producto es mejor tener una buena rutina de limpieza e hidratación.
Al llegar a los 25 dejamos de producir las mismas cantidades de ácido hialurónico (mantiene la tez elástica y firme), por lo que podemos comenzar a notar otras marcas en el cutis como por ejemplo las manchas de sol.
Pero durante el periodo que va de los 30 a los 40 años, lo mucho o poco que cuidaste tu piel a los 20 saldrá a la luz. Los tratamientos que estimulen la producción del colágeno y aporten luminosidad serán indispensables.
Sin embargo… ¿sabemos potenciar nuestros rasgos sin cometer errores?
“Desglosarlos por edades no es sencillo, porque cada piel es única. No siempre el estado de la piel o edad de la misma coincide con la edad biológica de la persona”, aclara Gisela Bosque de National Makeup Artist.
¡Prestá atención para no volver a cometerlos!
A los 20 años: elegimos mal la base de maquillaje
“El error más común que se comete es querer aparentar ser más sofisticada, te echas años encima. Además, se utiliza una base de maquillaje con más tono para parecer más morena y queda demasiado artificial”, contó la maquilladora Eva Escolano.
“Aplicar los productos con las manos o hacerlo con pinceles que no están limpios tiene fatales consecuencias en una piel que tiene tendencia al acné” agregó Gisela Bosque.
“En esta década el gran fallo son los excesos: pestañas postizas, maquillarse demasiado las cejas, abusar del colorete, utilizar una base que no se funda de manera adecuada a nuestra piel o el uso de labiales con tonos inadecuados. A veces menos es más” dijo la experta Marta Masi.
A los 30: un acabado excesivamente mate
Hace que la piel parezca mayor o con un aspecto seco. “A esa edad, el error más común es utilizar mucho polvo compacto para matizar el rostro y este da un aspecto acartonado que no es nada favorecedor” explicó por su parte Eva.
“Invertir en la piel y en productos hidratantes es el secreto”, sumó Gisela.
A los 40: sombras demasiado oscuras
Para Gisela Bosque uno de los errores más habituales es usar “bases de cobertura intensa y maquillaje en polvo, así como iluminadores con destellos o cargados de excesiva purpurina”.
A esta edad, “los tonos cálidos son perfectos porque suavizan. Y un colorete de tonalidad melocotón o rosa (en crema o líquido) es perfecto”.
Recomienda recurrir a las bases con tonos de fondo amarillo y dorado, que logran que la piel parezca más joven. Pero una vez más insiste en un tratamiento hidratante previo.
De los 50 en adelante: evitar el Contouring (técnica de maquillaje correctivo) y las sombras brillantes
“Los ángulos del rostro parecen mucho más hundidos y eso no beneficia. Hay que huir de las sombras muy brillantes ya que marcan párpados con arrugas y de un corrector demasiado espeso, marca las patas de gallo. Mejor bases ligeras con iluminadores y poco polvo” aportó Gisella.
“Intentar disimular el envejecimiento a través del maquillaje es algo natural, pero hay que saber cómo hacerlo. Envejecer no es malo, hay que aceptar en qué momento de la vida estamos y sentirnos bien con ello. Lo mejor es intentar prevenir ese envejecimiento utilizando productos adecuados y de calidad desde la juventud y no intentando taparlos con exceso de maquillaje cuando ya están ahí. Por lo tanto, el uso de un maquillaje natural sería mucho más idóneo que intentar tapar y tapar” cerró Marta.