Retrato -en fotos y video- de Loli Mallea, la mujer al frente de Sur del Cruz, una usina de carpintería artesanal. Trabaja la madera de forma analógica y combina arte, oficio y arquitectura.
Luego de girar por el mundo en busca de nuevos conocimientos sobre la madera, Loli Mallea fundó Sur de Cruz (@surdelcruz). Arquitecta de formación, cuando se interesó por la carpintería fue a fondo: quería aprenderlo todo, conocer hasta el mínimo detalle los secretos de este oficio. Y vaya si lo logró. Su espacio de trabajo, conjuga carpintería y arquitectura por igual.
El corazón de una carpintería artesanal
En Sur del Cruz, Loli y equipo diseñan objetos preciosos con ojo arquitectónico y actitud analógica, sin nada de asistencia digital, modelando con su ingenio y construyendo con sus manos.
Priorizan las maderas macizas de varios orígenes, algunas compradas, otras de demolición, algunas de poda o lotes que se rematan cada tanto.
Con sus herramientas eléctricas y de ebanistería y talla, hacen piezas muy particulares y distinguidas, con una firma invisible.
Sus obras son principalmente de uso doméstico: bandejas, fuentes, tablas. Pero también trabajan con proyectos más grandes de interiorismo, pequeña arquitectura o incluso con escenografías.
El team de Loli se completa con arquitectos y diseñadores que se perfeccionan a diario con clases de ebanistería, joyería y textiles para complementar su labor.
Sur del Cruz es el resultado de todo eso: arte y diseño, funcionalidad y distinción, un paraíso de la madera.
Producción: Floppy Dursi/ Fotos: Fabián Uset/ Edición de video: Matías Campaya.
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