Bien protegida, sí. Y también, con onda. Eso es lo que pensó Agustina Buldorini cuando quiso reinventarse en estos tiempos de coronavirus con su marca de accesorios. Y así creó estas máscaras que salen de lo común.
Reinventarse. Usar la creatividad y responder a las necesidades del mercado en el momento preciso. Eso es lo que provocan las crisis. Como le pasó a Agustina Buldorini (32) en plena pandemia por el coronavirus.
De profesión arquitecta (aunque nunca ejerció como tal), Agustina tiene una marca de accesorios desde el 2010 llamada Joaquinhas. Y ahora, se le ocurrió hacer máscaras protectoras customizadas y fue un boom.
"La máscara más el tapaboca, es doble protección. La idea surgió pensando en mi clienta: no la imaginaba con una máscara así nomás, sin intervención", cuenta Agustina.
De inmediato se puso a ver qué podía hacer: "Me contacté con una fábrica de PET. Me mostraron este modelo. Empecé a pensar cómo mejorarla para mis clientas. Diseñé unos estampados y los ofrecí: En las dos primeras horas vendimos 200; y en cuatro días, unas 1.500", cuenta entusiasmada.
El precio de las máscaras es de $ 450. Además ofrece máscaras personalizadas para venta mayorista y para empresas.
"La idea fue pensaba para reinventarme con mi marca. Nosotros vendemos moda y en este momento de crisis y de pandemia, todo lo que es moda pasó a un segundo plano. Tenía que buscar un producto afin a la pandemia y que siguiera la línea de mi marca", concluye Agustina.