A nivel físico, trabajar el equilibrio fortalece los pies, tobillos y piernas. Pero no solo desarrolla este aspecto, sino que contribuye a la estabilidad emocional y mental, activando especialmente el primer y el segundo chakra.
Las posiciones que ejercitan el equilibrio nos obligan a estar presentes, a mantenernos en el verdadero aquí y ahora sin impaciencia, ayudándonos a recuperar el centro cada vez que lo necesitemos.
Barbi Weimberg de @yoga_tierra nos muestra el armado de la postura del Árbol o, en el idioma sánscrito original: Vrksasana. "Esta postura puede hacerse en cualquier momento del día, especialmente las recomiendo incluir al comienzo de una rutina de Yoga en caso de tenerla".
Entre algunos beneficios que nos trae esta postura, cuenta Barbi, está que mejora el equilibrio, ayuda a practicar la concentración, al fortalecimiento de miembros inferiores y colabora en la corrección de pie plano.
Los secretos del equilibrio
1. Ayudate con la respiración: concentrate en ella y aprovecha toda exhalación para seguir creciendo hacia el cielo. Respirá de manera profunda y a un ritmo pausado y comprobarás como tu cuerpo se estabiliza sin dificultad
2. Analizá y respirá, recordando que la atención plena es la clave para alcanzar los beneficios. Así que vaciá la mente de pensamientos para estar presente en el aquí y el ahora y trabajar de forma efectiva.
3. Activá el core, fundamental para lograr estabilidad y no tambalearte.
4. Si te caés, volvé a intentarlo, retomá la postura con la siguiente inhalación (y con una gran sonrisa).
5. Relajá la expresión y sobre todo la mandíbula: no solo en el yoga, sino también en la vida.