Comenzar una nueva rutina de ejercicios no siempre es sencillo debido a que existen hábitos ya existentes que dificultan la constancia y disciplina para cumplir los propósitos. El comenzar una vida saludable no es difícil si se busca la motivación adecuada y un ejercicio que resulte placentero practicar.
Un ejercicio que es ideal para comenzar con un estilo de vida más saludable y que es adecuado para bajar de peso es correr. Esta práctica de cardio no solo ayuda a tener una mejor resistencia física sino que también ayuda a bombear la cantidad correcta de sangre al corazón. Este no es un deporte exclusivo de personas jóvenes ya que puede realizarse incluso a partir de los 50 años.
Antes de realizar este ejercicio, es fundamental realizarse una revisión médica para descartar posibles complicaciones que puedan existir a futuro en algunas partes del cuerpo como las rodillas, pantorrillas, la espalda, los lumbares, los talones o los pies. De la misma manera, se debe contar con la ropa y el calzado ideal para estar cómodos y evitar que el impacto del pie con el suelo sea mayor.
Como todo comienzo, se debe empezar con distancias cortas y que sean las adecuadas para evitar algún malestar físico, por lo que poner propósitos realistas sin exponer el cuerpo a lesiones es importante. El cuerpo está en un proceso de adaptación por lo que es mejor plantearse un número de kilómetros mínimo y aumentar gradualmente hasta tener una mejor condición física a largo plazo.
Tanto la técnica para correr como la frecuencia son importantes factores para este ejercicio. Es común creer que el correr está relacionado con la velocidad cuando no es del todo cierto. Para realizar este ejercicio se debe considerar un ritmo que permita al corredor respirar sin dificultad y que no resulte tan cansador. Del mismo modo, la cantidad de días en la semana no debe ser excesiva para evitar hacer de este hábito algo tedioso y repetitivo.
Finalmente, las pausas para descansar durante el ejercicio son necesarias, en especial para los principiantes. Se debe poner una meta mínima: por ejemplo, correr durante 20 minutos consecutivos y descansar 10. Posteriormente este periodo de 20 minutos aumentará a 25, después a 30 y así consecutivamente. No se debe forzar al cuerpo a seguir si se presenta fatiga, falta de respiración o algún dolor físico ya que esto puede generar un problema serio.