Para entender por qué al país nipón le va como le va en su lucha contra la COVID-19, nada mejor que que te lo explique alguien que nos conoce bien y que conoce a los japoneses ¡aún mejor! Así nos hace una radiografía de la situación el especialista Alberto Matsumoto desde Japón.
Si hay una manera de entender por qué a Japón le va como le va en su lucha contra la COVI-19 pocas personas mejores que alguien que conoce a los japoneses y nos conoce casi por igual.
El especialista Alberto Matsumoto es argentino, descendiente de japoneses (nikkei) y un referente y puente entre la comunidad latina y la nipona. Profesor de Sociedad Econocmía y derecho Latinoamericano en la Univesidad Dokkyo, de Español en la Universidad Prefectural de Shizuoka e intérprete judicial Matsumoto vive en Japón desde hace décadas.
Él más que nadie puede contar qué se dice allí (y qué se hace) para mantener una de las tasas más bajas de contagios aún cuando comenzó en el top tres de peligro con esta pandemia.
"Siempre puede ocurrir que el gobierno decrete la emergencia sanitaria, aún no sucedió. Y, para que en Argentina se entienda esta sociedad tan difícil de entender, hay que saber verla desde adentro", comenta Alberto, desde Yokohama (la ciudad vecina a Tokio, justo donde atracó el crucero Diamond Princess)", explica este columnista de Discover Nikkei - JANM.
"Ya de por sí, Japón tiene una superficie de 377.000 km2, es un poco más grande que la provincias de Buenos Aires (307.571 km2) y sin embargo la superficie habitable es solamente un tercio, como si fuera la provincia de Santa Fe", compara Alberto en un alto de sus deberes. Donde estos días, "como traductor, me toca enterarme de las noticias de España y, ¡la pucha, que duele! Es muy crudo y doloroso todo esto del coronavirus", confiesa.
La información es poder
"Japón vive constantemente entre catástrofes naturales: tsunamis, tifones, inundaciones y con el tema del coronavirus, la información llega a toda la población y hay mucha preocupación.
Los medios a veces desinforman por el exceso o a veces por la repetición pero no es un país que regule la información. Se conoce cada muerto y cada contagiado y los clusters que generaron el contagio (los lugares donde la propagación es mayor)", detalla el especialista.
Las medidas del Japón que mira el mundo
"Se vive el 'jishuku' que es la abstención de realizar eventos, reuniones entre muchas personas, viajes al exterior o la cuarentena voluntaria a pedido del primer ministro Abe Shinzo. Es para abstenernos de generar situaciones de contagio masivo".
"Cerraron las escuelas y muchos padres no estaban posibilitados de hacer tele-trabajo por eso inmediatamente se adaptaron a la situación y se convirtieron en guarderías ad hoc. Los chicos y adolescentes pudieron distraerse y hacer ejercicio. Eso baja el stress de los niños y de los padres. En ese interín, ese mes no hubo contagiados y, aunque las escuelas no dieron comida brindaron ese servicio, importantes firmas donaron productos para aminorar los gastos de los padres sin recursos".
El transporte, el gran conector
"La línea Toyoko que conecta Yokohama con Shibuya -corazón de Tokio- es muy concurrida", comenta Alberto quien a diario solía realizar ese recorrido. "Pensá que al centro de Tokio todos los días llegan 2, 9 millones de personas para trabajar desde el conurbano, todo en transporte público".
"Esta foto es de las 8.45 AM, se están cuidando bastante y las empresas ponen horarios diferidos para que los empleados no viajen como sardinas en lata. Eso, junto al tele-trabajo y oficinas satélite ayudan a evitar el contagio de la COVID-19", detalla Matsumoto.
Sin embargo, las fotos en Twitter de los subtes y trenes llenos se mantienen, para horror del mundo que acata el distanciamiento social: "Sí, sí. Hay horarios que se llena -se permite reír Alberto-. Pero está aireado y las ventanas abiertas y todo higienizado.
Los japoneses son inentendibles en algunas cosas. Muy responsables en otras, pero creo que esto se les pasa", confiesa el traductor.
¡Uno más y no ... más Tokio 2020!
"Japón ha aceptado aplazar los juegos olímpicos de Tokio. El Comité Olímpico ya le había comunicado las preocupaciones que federaciones de distintos países les habían hecho llegar", cuenta Alberto sobre el filo de los anuncios oficiales.
"Dentro del mismo Comité Nacional en Japón existía esa percepción de lo dificultoso que sería llevarlos a cabo en las condiciones que se encuentra el mundo con coronavirus.
No es suficiente que Japón lo tenga 'medianamente' controlado sino que los países participantes siquiera puedan enviar a sus atletas, ni garantizar su salud y seguridad".
"Estaban en juegos los atletas, costos, infraestructura... el Comité Olímpico deja de percibir 1.200 millones de dólares en derechos de transmisión y gran parte de eso va para que los países se puedan preparar.
Se dice que Japón perdería entre 15.000 y 40.000 millones de dólares porque ha invertido mucho dinero". Y eso no es todo: "además, gran parte de los departamentos destinados a los atletas ya están vendidos y terminado el evento sus dueños deberían poder entrar en sus 'casas'.
Esto algo inevitable: Japón deberá buscar la forma de aminorar el daño económico", remarca Matsumoto.
El temido Efecto Yo-Yo
Hasta en Japón se relajaron. Como en las dietas, ¡hasta la más exitosa puede fallar! De repente, casualidad o no pero, desde que se anunció que los juegos de Tokio 2020 (así se llamarán igual las olimpíadas) se posponen, los tokiotas se comportaron de una manera pocas veces vista:
salieron masivamente a los parques a disfrutar del hanami -la vista del florecimiento de los cerezos, muy popular-. En grupos menores que todos los años y sí, al aire libre, ¡pero igual! ¿El distanciamiento social?, bien gracias. También -previo al anuncio olímpico-, la llegada de la antorcha a la capital convocó a multitudes. Ineludiblemente estos días Tokio vive una oleada de contagios (otra vez).
"Hay mucha preocupación por el relajo de la gente y la apertura en abril de las escuelas en un nuevo año lectivo, por eso es que la gobernadora de Tokio pidió un lock down (un cierre total) para este fin de semana", detalla Alberto desde Japón.
Pero, apenas la gobernadora alertó del riesgo, Twitter se llenó de imágenes de supermercados con góndolas vacías. ¡¿En Japón?!
"Es cierto, los ancianos y algunas amas de casa se fueron encima a los supermercados, pero depende los barrios y las ciudades. No todo lo que muestran es así, ¡cuidado!", alerta Alberto Matsumoto entre alertas y fake news.
"Leí la nota que le hicieron al estudiante de Kioto en Para Ti y son impresiones de una persona preparada. Muchos que aquí no leen japonés andan diciendo estupideces por ahí, hay comentarios insólitos en tevé de variedades", se indigna el especialista.
Pánico: ¿Fantasía o realidad? "Fantasía. Esta foto es de esta mañana, en Minati Mirai en Yokohama junto al río Tsurumi -cuenta Alberto-. Las personas tratan de disfrutar del sol con carpas y los chicos pueden jugar un poco.
Hay zonas donde hay más gente pero siempre todo limpio y tranquilo. Todo acá está basado en la disciplina".
¿Workohólicos?
"Lo primero que se le solicitó a las grandes empresas y a la administración pública fue que hicieran tele-trabajo para evitar congestionamientos en trenes y autobuses en Tokio y las grandes ciudades.
Se venía 'practicando eso' por las olimpíadas para evitar congestionamiento en las horas picos más la llegada de extranjeros", explica el especialista.
"Se pudo constatar más que nunca que muchas tareas se pueden hacer por medio de Line (que aquí es como en Argentina WhatsApp.
Pero los japoneses son muy responsables, ¡aunque a veces se pasan! Ellos no se sienten seguros si no están en la oficina, junto y haciendo lo mismo que los demás así que igual van. No son como nosotros", define Alberto.
La salud y los japoneses
Se llegó a decir que el 100% de población con las vacunas del calendario podrían ser clave para que el COVID-19 no afectara tanto como podría haberse esperado. "Y en Japón, los adultos mayores son el 28, 1% de la población. Llevan una vida sana en alimentos y están activos", detalla.
Matsumoto cuenta que "según la OCDE Japón tiene 13 camas por cada 1.000 habitantes, mientras Italia 3,2. Japón destina el 10, 66% de su PBN, unos 400.000 millones de dólares a la salud. Solo esa cifra es el equivalente al 80% casi del PBN de Argentina".
"Japón tiene 8.389 hospitales (entre públicos y privados) y 101.860 consultorios o pequeñas clínicas privadas según la especialidad. Todo eso implica unas 1.6 millón camas. Y, de este total hay 1.558 centros hospitalarios con 272.255 camas que gozan de algún dispositivo de respirador artificial, máscaras con respirador y ECMO (se usa para pacientes muy graves cuyos pulmones no funcionan bien".
Matsumoto cuenta que "el relevamiento lo ha hecho en febrero de este año por encargo del Ministerio de Salud así que los datos son muy recientes".
"El test PCR que el mundo hace para detectar al coronavirus no es efectivo aun al 100%, pero requiere muchos cuidados y personal. Al principio no lo cubría el seguro (casi 150 dólares cada test), ahora sí y se realiza solo si tenés fiebre de 37, 5 ºC cuatro días seguidos".
"La OMS pide que los tests se hagan pero Japón ha hecho casi omiso sino presentan síntomas graves: si se curan con medicamentos normales o reposo es una pérdida de tiempo, genera gratuitamente pánico social y presión psicológica al paciente y a su familia".
"Pueden estar contagiando sí, por eso esta incertidumbre ante un enemigo invisible, pero evitan colapsar los hospitales: en Italia y en España las fuentes de contagios fueron los mismos hospitales colapsados".
"De ahí la insistencia en la prevención:
- Lavarse bien las manos
- Usar barbijo (no evita el contagio pero al menos evita que un estornudo lo afecte a uno)
- No reunirse con grupos grandes
- Evitar estar en lugares cerrados. Ventilar
"Japón ha optado por enfrentar al coronavirus de otra manera y no le ha ido tan mal.
A España y a Italia no les ha resultado la cuarentena obligatoria y el toque de queda con control policial. El tema es que, a pesar de todo hay gente que viola las normas y regulaciones", remarca Matsumoto, argentino y conocedor de todo lo que también sucede acá.
"Los expertos extranjeros que conocen a la sociedad japonesa señalan como ya de por sí Japón tiene una conciencia de higiene pública inigualable.
Basta ver las calles o los baños públicos -explica Matsumoto-. Hay municipios donde ni siquiera existe en barrendero. En Japón hay recolección de residuos pero el resto lo limpiamos entre todos. Existe la conciencia de no ensuciar (hay $%/ también pero son los menos)".
El pico, ¿ya pasó?
Cuenta Alberto que a los viajeros del crucero Diamond Princess con el que la COVID-19 comenzó en Japón fueron cuidados en hotel fuera de la ciudad (donado).
"Muchos eran extranjeros y se dijo que debían regresarlos de inmediato, pero Japón decidió atenderlos en sus hospitales con sus equipamientos y evitó que se convirtieran en un closter de dispersión mundial.
Hubo 8.500 japoneses de las fuerzas de Autodefensa (ejército) y cientos de funcionarios civiles cuidándolos en turnos rotativos y un total de 712 contagiados y solo 10 muertos. 2.200 pruebas de coronavirus y ningún miembro de la fuerza se contagió", indica orgulloso.
"Hoy el número de infectados está aumentando debido a personas que están regresando de Europa y Asia por viajes de trabajo, placer o estudio.
Es por eso que se les pide que hagan una cuarentena de 14 días, la mayoría lo cumple pero siempre hay uno pasado de vivo, es por eso que sucede".
Lo cierto es que allí todos lo tienen claro: "esta semana puede ser muy importante para ver si este sistema funciona o no a largo plazo". De contenerse esta nueva oleada, habría mayor esperanza a nivel mundial.