Guillermo Vilas, quien fuera la gloria del tenis en los años setenta y ochenta, sufre de una enfermedad cognitiva que va deteriorando de a poco su salud. José Luis "Batata" Clerc, su amigo y su compañero en la cancha cuando conformaban el equipo de Argentina, lo visita con frecuencia aunque le afecta mucho ver a Vilas en el estado en el que se encuentra hoy.
En una entrevista que dio al diario La Nación, expresó: "Me da mucha tristeza, mucha amargura. Lloro, no delante de Guillermo, pero lloro, porque veo a los hijos y me da bronca. Siempre le dije a Guillermo: “Vos vas a ser muy buen padre”, porque le encantaban los chicos, jugaba mucho con los míos y también con los de otros. Y no me equivoqué, es un gran padre".
Agregó: "Me interesa mucho su vida, pasamos demasiadas cosas juntos, íbamos y veníamos en la relación, no nos hablábamos y también nos cagábamos de risa".
De sus encuentros, comentó: "A veces recordamos algunas cosas. Está Phian, su mujer, que lo ayuda, le dice Es Batata, y Guillermo se ríe y dice: Uy, Batata, pero a mí me pone como el or… que esté en la situación en que está. La puta madre, porque yo llamo a Borg y es un Hola Björn, hola Batata y charlamos media hora, te cagás un poco de risa, y chau, todo normal. Con Iván o con Mats o con Ilie es lo mismo. Pero acá tiene que haber siempre alguien, y es muy doloroso. Yo lo quiero mucho a Guillermo, ya de grande tuvo gestos muy lindos con la escuela para hipoacúsicos a la que va Sophie, Las Lomas Oral, vino cada vez que lo llamé, y lo hizo con muchas ganas".
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