Juana Repetto abrió su corazón y les contó a sus seguidores de Instagram, a través de un largo posteo, todas sus sensaciones acerca de cómo está atravesando su segundo embarazo.
Con dos fotografías de cuerpo entero, donde muestra su panza de cinco meses al mejor estilo Demi Moore en el año 1991, cuando posó para la portada da Vanity Fair, la mamá de Toribio habló acerca de lo que significa ser madre por segunda vez, y de los cambios corporales que le ha aparejado.
"Este embarazo se me hizo mucho más difícil, si. Me agarró después de varios años de verme y sentirme muy bien con mi imagen, lo que generó que me costara mucho más aceptar los cambios en mi cuerpo", comenzó Juana.
"Cambios que hoy abrazo, ¡por suerte! Pero me generaron momentos de enojo y angustia conmigo por no “estar pudiendo” (con qué es la pregunta, no?)", continuó.
Luego la actriz habló de sus autoexigencias para que su hijo disfrute de su última etapa de "único" antes de que nazca Belisario y del cansancio que todo le ha provocado. "También se sumó que quise aprovechar los últimos meses de hijo único de mi Torillo para disfrutarlos a pleno y probablemente me exigí de más. Lo que me generó agotamiento, menor paciencia y eso con un niño no lleva a buen puerto, menos aún con un mini terremoto como el mío. De todos modos se que ha gozado y recordará con mucha alegría esos meses que con tanto amor planifiqué para él", añadió.
Inmediatamente, la hija de Reina Reech habló acerca de cómo la afectó la pandemia, al no poder asistir a reuniones con otras futuras madres.
"Pandemia, no pude encontrar un espacio donde ir a dedicarle un rato a la panza, a la preparación para este nacimiento, donde encontrar una tribu, lo cual en mi embarazo anterior ¡lo fue TODO! Contención, mujeres en la misma situación que una, viviendo cosas que quizá siquiera otra mujer aún que las haya pasado en otro momento pueda empatizar con ellas. Un espacio también para mi, de soledad y reflexión", reflexionó.
Y también le dedicó unas palabras a la mudanza que han hecho con su marido Sebastián Graviotto y su hijo. "Mudanza, un montón de temas a resolver tanto en la casa que dejábamos como a la que veníamos, jardín nuevo para Toro, vida nueva para todos", confesó.
Como no podía ser de otra manera, también expuso lo que significa ahora estar casada. "Un marido, algo nuevo para mi. Alguien con quien compartir decisiones, con quien congeniar, con quien ponerse de acuerdo. Cosa que no me es fácil generalmente y menos aún con el level hormonal que manejo. Pensar en compartir a mi bebé (si, les juro. En el inconsciente me pesa) y bueno, situaciones de pareja en medio de todos estos cambios que podrán imaginar... Tratando de encontrarle la vuelta al ensamble familiar, NADA FÁCIL", escribió.
Y añadió: "Y yo aquí, como siempre y una vez más, para todxs aquellos que sienten por lo que ven a través de las redes sociales que existen algunas vidas “color de rosas” y que los embarazos, casamientos, mudanzas y demás siempre son con plena alegria, felicidad y sin problema alguno y los frustra y hace pensar en “por qué a mi no?”, les cuento que no creo que esa “realidad” exista, al menos no es mi caso".
La actriz continuó diciendo que va a permitirse no estar "saltando de felicidad aunque todos crean que debería estar haciéndolo porque 'te están pasando todas cosas lindas'".
"Sí, es hermoso y estoy re agradecida, pero también agotada, estresada, pasada, colapsada, asustada, frustrada, sin paciencia, con culpa etc... Y ME LO VOY A PERMITIR por que si no lo hago, tengo aún un peso más grande y algo más por lo cual no poder empezar a disfrutar de todo esto que está llegando", finalizó.
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