En un mundo donde Meghan Markle y su rebeldía ganan terreno, hay quienes también siguen atentos cómo se maneja su cuñada, Kate. La que sí quedó dentro de la Familia Real, la que sigue sonriendo y está dispuesta a sacarla a flote. El futuro de sus hijos está en juego.
¡A sonreír que acá no pasó nada! Aún a pesar del duro golpe que resultó la renuncia de Harry (dicen que Kate estaba con William se enteraron de la noticia de los duques de Sussex solo 10' antes que el público), la duquesa de Cambridge da pelea.
Cuentan que hace meses que no se habla con Meghan y Harry (fuera del par de eventos que tuvieron común en 2019) y que Kate evitó ser parte del cónclave del lunes donde empezaron los preparativos de Buckingham para retirar a Harry de la plana mayor de la Familia Real.
Que está muy dolida al ver como esto afecta a William (cortar lazos con su hermano menor y cargar con todo él solo) y por como cambió su otrora estrechísima relación con Harry quien solía llamarla "mi hermana mayor".
Sin un plan oficial (la reina Isabel II pidió uno express), Kate empieza a contrarrestar el golpe con todo.
¿Los duques de Sussex ya no quieren cumplir sus funciones públicas? Entonces ellos, los Cambridge, tomarán solitos la posta. Trabajarán más, ¡y con una sonrisa!
Así lo hicieron en su primera aparición pública en la localidad de Bradford. Y la duquesa de Cambridge no pudo sonreír más, saludar con más energía o encantar más a su pueblo. ¿William?, la siguió.
En sus redes, @KensigntonRoyal, no solo posteó una foto de la visita (lo que a veces suelen hacer) sino que eligieron un video resumiendo TODO lo que hicieron, lo que visitaron y charlaron en centros de salud, colegios y encuentros con chicos.
En este ambiente donde cada cosa que hacen Meghan y Kate se compara, el trabajo silencioso y discreto de Kate se comienza a preciar. El pueblo habla de su sonrisa sincera (y no "protocolarmente correcta"), de su cercanía con el pueblo y su seriedad a la hora de usar su voz por causas sociales.
Que Kate Middleton escucha, se preocupa. Resuelve.
Vivir en una jaula de cristal
Se dijo que, parte de lo que Harry y Meghan no soportaban era la presión "real" de avisar a diario cada paso que daban (y que eso fuera directo a prensa, es decir a los corresponsales en Palacio).
Kate y William lo hacen - sus agendas están milimétricamente detalladas-. Saben que son las reglas del juego y aprendieron a convivir con la balanza de privilegios y responsabilidades.
Kate lo aprendió de muy temprano. Conoció a William Windsor en la universidad y se transformó en su compañera de departamento.
Ya entonces sabía cómo -y lo peligroso y costoso que era- burlar a los guardaespaldas, cuáles eran las responsabilidades a las que el actual duque de Cambridge más temía y los constantes controles a los que -su por entonces compañero real- enfrentaba. Sin "pertenecer" aún, Kate era una royal más.
Y, a pesar de ser plebeya (lo que le generó las mil críticas en los comienzos de su relación con William), la duquesa creció en una familia donde la Corona es una institución sumamente respetada. Y, como toda chica británica de su edad, la idea de casarse con el príncipe William fue SU sueño. Ella lo hizo realidad.
Se llegó a decir que KateMiddleton incluso había entrado a la universidad de St. Andrews -donde se conocieron- para lograr hacer contacto. Sabía en qué se metía. ¿Quién dice que la ambición es mala?
¡Qué bien elegiste William!
Simpática a más no poder, culta, buena compañera y con lo pies en la tierra, los británicos ven en Kate la imagen de lo que debería ser un rol "real".
Superados los incidentes con William (y un supuesto affaire), a los 38 años Kate se muestra más segura que nunca.
Con dificultad pero mucho esfuerzo, Middleton logró superar las críticas por no provenir de una familia de la nobleza.
Hoy, el pueblo reconoce que los tiempos cambiaron y esperan una monarquía más acorde a los tiempos.
Moderna, la duquesa también tiene su nexo con la moda, las celebrities y el estrellato. Solo que maneja su relación con los medios con su estilo. Todos respetan a Kate.
Su rol como representante de la reina en eventos oficiales tampoco pasa desapercibido. Como aquel cruce con Justin Trudeau (Primer Ministro canadiense, que albergará en su país a sus cuñados) que hizo que los británicos recordaran cuan atractiva es la duquesa de Cambridge.
Con una ayudita de la reina...
La Reina sabe cómo sobrellevar tormentas. Su padre, Jorge VI debió asumir las responsabilidades de rey sorpresivamente en 1936 cuando su hermano Eduardo VIII dejó el puesto por su amor por la norteamericana Wallis Simpson.
Dicen que tanta responsabilidad lo enfermó y acabó con su vida a los 57 años, demasiado joven. Isabel II (con sus 93 años) no desea que historias así se repitan. Kate lo sabe y que, a pesar de velar por el futuro de su nieto Harry, la duquesa de Cambridge cuenta con el apoyo total de la reina.
Es que, sin una suegra -Lady Di falleció mucho antes de que Kate llegara a la vida de William- con quien lidiar, fue Isabel II (y no Camilla Parker-Bowles) la que tomó el rol de seguir de cerca "la educación" real de Kate Middleton. Y mejor alumna no pudo encontrar.
Sus atuendos son elegantísimos pero modestos (para lo acostumbrado en la realeza), nada de gastos superfluos ni de acusaciones de vulgaridad. ¿Jeans y t shirts? Solo en casa, puertas adentro.
Por una monarquía moderna
Desde su aparición en escena Kate Middleton fue logrando cambios. le dio un cambio de aire a la monarquía. Y, si bien se le critica que falta de apoyo a su cuñada Meghan (en especial después de cómo Harry la apoyó a ella), en el círculo de la realeza dicen que Kate la ayudó cuanto pudo.
Llegado a un punto, le soltó la mano. Debía velar por su familia y darle ella misma un nuevo espíritu a las reglas que ella misma quiere en cambiar (pero a su manera).
Meghan y Harry eligieron dar un paso al costado, por las críticas sufridas por la duquesa de Sussex y sobre todo por su hijo Archie. Lo cierto es que la decisión de Harry de Meghan de pasar tiempo en el Norte de América también tira por tierra una relación cercana entre los pequeños príncipes Cambridge (George, Charlotte y Louis) y Archie. Por como están las cosas, los primos rara vez se cruzarán.
Pero, si de algo sabe Kate es del escrutinio público aún cuando no te ves o sentís bien. La duquesa enfrentó las cámaras durante tres embarazos y, como madre de futuros reyes, cría a sus hijos bajo la máxima presión. Sin quejarse.
Hoy, Kate sabe que si a su hija Charlotte le agarra un berrinche y la reta: será la culpable. Si le agarra y no la reta, ¡también!
Sin embargo el pueblo siente a "esta" Familia Real cercana. Mucho gracias a que gran parte de las fotos y detalles que se conocen de los pequeños herederos George, Charlotte y Louis que vienen de primera mano.
Como cualquier madre, Kate toma muchas de las fotos oficiales que se conocen hoy. Esa es la razón por la que los pequeños príncipes ya no posan acartonados, son fotos sacadas y elegidas con visión de mamá: ¿qué foto de tu hijo querés compartir con el mundo?
Con tres hijos chicos en casa (hizo de Kensington Palace su "casa" dentro de la gran casa), el pueblo aprecia el esfuerzo que hace la duquesa al dejarlos para representar a la reina en sus viajes. Isabel II tiene 93 años, hace una década que no viaja, y ya pasó la posta.
Se apoya en William, su persona de confianza, para entender a la nueva generación y confía en Kate para ayudarla a mantener a la monarquía fresca, estable e intacta.
No será tan popular, polvorita ni mediática como Meghan Markle, pero ¿al pueblo? Kate les resulta confiable, sofisticada y le encanta.