Si hay algo que le gusta a Melania Trump es decorar y las festividades son la excusa perfecta. La noche de Halloween no fue la excepción para la primera dama de los Estados Unidos y la Casa Blanca se convirtió en un castillo embrujado.
Si bien la tradición de decorar el pórtico sur de la residencia presidencial en Whashigton fue iniciada por la primera dama Mamie Eisenhower en 1958, Melania le puso su toque. Calabazas, telarañas, tenebrosos árboles y un enorme cartel decoran la Casa Blanca.
Aunque no se disfrazaron, la pareja presidencial llevó colores al tono para la ocasión (y no lo decimos por el pelo del presidente de Estados Unidos). Melania llevó un abrigo de Michael Kors y unos zapatos de tacón de Manolo Blahnik.
También hubo una alfombra naranja en donde la pareja presidencial se paró con sus canastas llenas de chocolates Hershey's, para repartir entre los niños que se acercaron a decir el clásico "dulce o travesura".
El momento más divertido fue cuando al presidente Donald Trump frente a un niño disfrazado de Minio se le ocurrió poner el chocolate sobre su cabeza. Melania, dubitativa, lo imitó y los chocolates terminaron en el piso. El blooper no tardó en viralizarse y en las redes se preguntaban ¿por qué no puso el chocolate en la bolsa?