Los 28 años de amor que se cumplen en estas horas en la historia que integran Carola del Bianco y Paquito Mayorga dieron cuatro bellos frutos: Maia, Elisa, Isabel y Francisco. Hoy, están instaladísimos en la mansión -a la cual solamente se accede por agua- que construyeron en Villa La Angostura en medio de un entorno soñado.
“Todo se fue dando de una manera natural y prácticamente sin buscarlo porque, en un principio, no teníamos planeado formar una familia, ni casarnos. Las pruebas están en que estuvimos juntos quince años hasta que nació Maia, que fue una bebita muy buscada, y en que todavía no pasamos por el altar", confesó ella.
Lo que más la enamora es “el amor que siente por nuestra familia y la dedicación que tiene con nosotras. Hay actitudes de él que lo hacen ser la persona que es y que al día de hoy me siguen maravillando”.
Villa La angostura, su lugar en el mundo
Lejos quedaron las épocas de pasarelas, glamour y exposición. La modelo y actriz de la factoría de Pancho Dotto logró un espacio destacado en la década del noventa y, mientras explotaba su belleza, su vida dio un giro rotundo cuando a fines de 1999 viajó a la Patagonia para echar raíces con su gran pareja.
Durante los primeros meses del nuevo milenio intentó mantener algunos de sus trabajos… Pero con el paso del tiempo se dejó llevar por el amor y comenzó a pensar en el futuro al lado del hijo del ex piloto y funcionario de la presidencia de Carlos Menem.
"Empezó siendo una casa de solteros, en la que durante diez años nos dedicamos a recibir a nuestros amigos más queridos y con la llegada de nuestras tres hijas se acomodó a la vida en familia”, detalló la top model al mostrar por primera vez la propiedad a HOLA!.
Estaba muy lejos de ser lo que es hoy ya que las comodidades escaseaban y hubo que hacer mucho trabajo para conseguir la llamada y ansiada palabra hogar. “Como ‘Paco’ y yo somos de la ciudad, tuvimos que aprender a vivir en el medio de la nada, sin luz eléctrica ni gas la mayor parte del día”, reveló.
Por qué no apostaron a la boda
“En todos estos años juntos, ninguno de los dos tuvo el interés ni las ganas de organizar un casamiento. Desde el principio, apostamos al amor y a estar bien juntos y pasar por el Registro Civil nunca fue una prioridad. Ahora que somos una familia, sí tenemos ganas de casarnos y de que nuestros hijos puedan celebrar con nosotros la unión”, contó por ese entonces.
Cuando empezaron a organizarlo, ella quedó embarazada del varón y los planes se truncaron. Pero eso, simplemente, es un título. “Paco es mi compañero de vida y, si bien me siento muy afortunada de habernos cruzado, puedo dar fe de que el amor, primero, es un compromiso y una decisión. Juntos, vivimos momentos buenos y malos, tuvimos nuestras crisis, pero lo más lindo de nuestro amor, sin lugar a dudas, es que siempre apostamos por estar juntos”, dijo.