Dicen que es preferible arriesgar la vida haciendo lo que amás que vivir años haciendo lo que no te gusta… y eso pensaba, sin dudas, Eliana María Krawczyk (34) cuando eligió ser submarinista. Al cierre de esta nota, el submarino Ara San Juan con sus 44 tripulantes, continuaba desaparecido en algún punto del mar de la costa argentina, entre Ushuaia y Mar del Plata. "Riesgo hay en todos lados… Varios días antes, cuando estaban en Ushuaia, NONO nos contó que tenían problemas. Pero ella persiguió su sueño. El amor de ella era el mar", expresó Roberto Krawczyk, hermano de Eliana María, la única mujer a bordo.
Apasionada, estudiosa y valiente Eliana logró lo impensado: se convirtió en la primera mujer submarinista de Sudamérica, la única con cargo oficial y la flamante jefa de armas del ARA San Juan. Lamentablemente, hoy su historia de superación y lucha llegó a los titulares de los medios marcada por la tragedia que sacude al mundo entero. ¿Dónde está Eliana? ¿Dónde están todos?
CORAZÓN VALIENTE. Su historia de vida es intensa y está marcada por la tragedia. Oriunda de Oberá, Misiones, una ciudad de 107.500 habitantes, Eliana nació en el seno de una familia muy humilde con seis hijos: Roberto, Eduardo, Tirson, "Luisito", Silvina y Eliana. “Desde chica fue buena nadadora y le gustaba navegar en botes pequeños hasta que decidió ingresar en la Universidad de Misiones”, recuerda su tío Enrique.
Quienes la conocen aseguran que era una de las alumnas más aplicadas y apasionadas de su división. Sin embargo, su sueño quedó trunco luego de que dos hechos inesperados cambiaran el rumbo de su familia. El primero fue en 2001, cuando su hermano "Luisito", de 21 años, falleció en un accidente de tránsito. Dos años después, su madre Angélica murió súbitamente (habría sufrido un ataque cardiaco). El dolor fue tan inmenso que su vida dio un giro de 180 grados: "Un día, por Internet, descubrí un aviso de la Armada convocando a jóvenes. Fui corriendo a Posadas y me inscribí. Dejé todo y viajé a la Escuela Naval Militar de Ensenada. Llevé una foto de mamá en la billetera", relató Eliana orgullosa en una entrevista tiempo atrás. El mismo año de la muerte de su mamá, ella rindió el ingreso para formar parte de la promoción Nº 137 de la Escuela Naval Militar de Ensenada.
En el 2008, le tocó hacer un viaje de instrucción a bordo de la fragata ARA Libertad que duró ocho meses. Tal fue su fascinación en altamar que, apenas tocó tierra firme, decidió inscribirse en la Escuela de Submarinos y Buceo de Mar del Plata. Hasta ese momento, ninguna mujer se había atrevido a tanto. “Hasta los 21 años nunca había salido de mi provincia ni mucho menos conocía el mar. La idea de ser la primera submarinista, en vez de intimidarme, me motivó –contó en una de las pocas notas que dio durante su trayectoria-. Lo viví bien y siempre me gustó. No tuve ningún freno ni intervención de nadie, ¡y nunca tuve ningún problema! Duermo con dos compañeros en el mismo camarote. Soy la única mujer y me siento bien, contenta y feliz".
Si bien recibió el apoyo incondicional de sus seres queridos, uno de sus familiares confesó: “A mí me dio escalofríos, no estaba muy contento, pero… ¿qué le iba a decir? Ella es el submarino. Tal vez tiene algunos genes de sus abuelos, que vinieron de Europa en barco. No sé, es una pasión inexplicable".
LA REINA DE LOS MARES. Estaba tan contenta y emocionada por entonces que su padre, Eduardo Krawczyk, la bautizó “la reina de los mares”.
“De Argentina y Sudamérica soy la primera mujer submarinista. Ahora hay una en Venezuela, y hay una oficial que egresó el año pasado, que está en el otro submarino, y hay otras seis mujeres suboficiales submarinistas", contó súper orgullosa en mayo pasado a Infobae. Y aclaró: “todos me preguntan si me asustan los submarinos. Y no. Para mí son impresionantes, algo intrigante y emocionante”.
En la actualidad, hay más de 3.000 mujeres ocupando diferentes puestos en la Armada Argentina (entre oficiales y suboficiales), pero sólo siete son submarinistas y Eliana es la única con rango de oficial. Su tío Enrique aseguró que confía en que la capacidad de su sobrina -que se desempeña como jefa de armas de la unidad- y de los otros 43 tripulantes del ARA San Juan los haya hecho salvarse de alguna u otra manera. “Tiene una fuerza y ganas admirables. Porque no está en un submarino sólo para demostrar su capacidad, sino que está cumpliendo una misión patriótica. Está defendiendo las aguas argentinas de los pescadores furtivos, los intrusos de otros países que quieren quitarnos la riqueza de nuestros mares. ¡Está haciendo Patria!”, enfatizó emocionado.
SOÑANDO EL REGRESO. Con apenas 21 años, Eliana se instaló en Mar del Plata para convertirse en submarinista. Sin embargo, sus amigas aseguran que tenía un sueño mayor: formar su propia familia. “No le gusta hablar sobre el trabajo, es reservada y maneja un perfil bajo. Cada vez que está en tierra firme, lo único que quiere es despejarse y divertirse con amigas. ¡Es súper divertida! De hecho, yo la conocí hace tres años en el cumpleaños de otra amiga en común y nos volvimos inseparables”, contó en exclusiva para Para Ti una de sus mejores amigas que prefirió preservar su nombre. Con muchos amigos, familia y un trabajo que la apasiona, lo único que le faltó fue encontrar una pareja a su medida: “Es re linda y tenía muchos pretendientes. Pero el año pasado cortó con un chico del que estuvo muy enamorada y, desde ahí, nunca más la vi con nadie. Le pegó mal”.
Eliana vive en un departamento del centro, con sus dos amores: Floppy y Ramirito, dos perros que encontró abandonados en la calle y que cuida como si fueran sus hijos. “En su tiempo libre le encanta llevar a pasear a sus mascotas, salir con amigos y viajar. Hace unos meses había viajado sola a Europa y tenía ganas de ir otra vez el año que viene. Nos dijo que le encantó la experiencia de conocer otras personas y lugares diferentes. Es súper sociable”, nos contó Carolina Balacco, otra de sus amigas cercanas. Aunque muchos puedan imaginar a una especialista en armas submarinas como una chica severa y fría, esta misionera de 34 años es una chica como cualquier otra: “Voy al gimnasio, tengo un grupo de running, ando en rollers y camino por esta ciudad hermosa”, dijo la submarinista tiempo antes de embarcar en el Ara San Juan.
El pasado, el presente son verbos que nos juegan malas pasadas en esta nota. Porque hasta el cierre de estas líneas, sus familiares y amigos, el país entero se preguntan dónde está Eliana y se aferran a la esperanza de ver a “la reina de los mares” llegar a puerto firme con su uniforme impoluto y rodete impecable.
Texto AGUSTINA D’ANDRAIA