“Esta casa representa el pulso y la energía de la familia que la habita: emprendedora y creativa”, cuenta la arquitecta Carla Bechelli quien tuvo el desafío de lograr una renovación completa e integral de esta casa de los años ´90 emplazada dentro del barrio Las Marías de Boulogne.
La directora del estudio que lleva su nombre (@carlabechelliarquitectos) logró darle una nueva identidad, logrando un nuevo perfil contemporáneo y versátil.
La decoración interior estuvo a cargo de la dueña de casa, Sara Ayerza (@masaideco) que eligió objetos y muebles con historia y valor sentimental, como un kimono enmarcado en la entrada y la caja de magia sobre las mesas de centro: regalos del icónico Mago Fumanchu al suegro de Sara, también mago (Mephisto, el mago de las flores), y el sillón de la entrada, heredado de una de sus abuelas y retapizado en un lino con motivos orientales (www.linosdelpacifico.com.ar).
El comedor diario es uno de los espacios más usados por esta familia de siete integrantes más una mascota, y lo que prima es la practicidad. El sillón en L con fundas, las sillas plásticas negras (plásticos mascardi) y la mesa de madera forrada en acero permiten una rápida limpieza.
La biblioteca, realizada en mdf pintado, incluye una puerta corrediza que separa el comedor diario de la cocina. “Se nos ocurrió hacer eso ya que no había puerta y era imposible ver televisión y cocinar al mismo tiempo”, explica Sara.
“La cocina fue completamente reformada. Demolimos algunas paredes y la abrimos hacia el exterior con un gran ventanal”, comenta la arquitecta Bechelli. Y agrega: “Como a esta familia le encanta cocinar, agregamos la isla central de Silestone para ampliar las zonas de apoyo, y sumamos espacio de guardado”.
Los pisos fueron reemplazados por baldosones rectangulares de porcelanato en distintos tonos de gris y las alacenas y bajomesadas son de melamina blanca con herrajes ocultos.
La cocina es el núcleo entre el family room y otro espacio que funciona como “taller” de estudio y manualidades y que se creó al cerrar con carpinterías el garage semicubierto existente.
Siendo esta una casa de artistas y emprendedores, la arquitectura media entre la apertura e integración de espacios para fomentar el encuentro, la convivencia, la inspiración.
En todos los dormitorios que se encuentran en la planta superior, se colocó un piso de mármol travertino rústico sin pulir con listones de medidas variables lo que imprime un sello rústico y distinguido a la vez.
En el dormitorio principal, el lino es protagonista, utilizado en cortinas, ropa de cama y para el tapizado estampado que recubre el renovado sillón estilo Luis XVI, heredado de su abuela por la dueña de casa.
El baño en suite -con doble bacha para mayor comodidad- tiene una mesada con un gran zócalo frontal realizada en travertino pulido y un mueble bajo con cajones hecho en Petiribi a medida.
En el último piso, un altillo en desuso se convirtió en otra habitación para el único hijo varón -estudiante de arquitectura-, continuando la escalera principal de la casa hasta ese nivel y abriendo una ventana en el frente. El techo abuhardillado aporta una sensación de calidez y fue pintado de blanco para generar mayor amplitud y liviandad visual.
En uno de los dormitorios de las hijas, los respaldos de cama antiguos de hierro se llevaron a un tono rojizo que contrasta con las modernas fundas de acolchado de Tussor color gris y las mantas pie de cama en tela tipo nido de abeja azul petróleo. El toque de color: los almohadones amarillos con flores (www.anthropologie.com/). La mesa de luz es de Petiribi blanqueado y las cortinas de lino off white.
La extensión de la escalera antigua (originalmente en color maíz y que luego fue revestida en microcemento) hacia el altillo se realizó con un tramo moderno y minimalista de escalones de cemento y narices de perfil de hierro en L, apelando al mismo juego de intervenciones de la fachada posterior siendo ambas partes -la antigua y la nueva- tratadas con la misma paleta de color.
Las galerías funcionan como extensiones de la casa y se diseñaron profundas y espaciosas, pero al mismo tiempo cuidando cada detalle para que no oscurezcan el interior. Para lograrlo, se proyectaron con vigas invertidas en el borde que dan una altura libre ininterrumpida y se buscaron laterales abiertos para que la luz ingrese por todos los lados, incluso en la zona de la parrilla.
En el exterior de la casa las intervenciones se reflejan en tres volúmenes nuevos, netos y minimalistas: uno que arma el acceso y dos galerías al jardín. Lo nuevo y lo viejo se fusionan con una paleta monocromática que le da unidad visual al conjunto.
Los dos espacios de galería cumplen la función de ampliar las posibilidades de reunión al aire libre porque al ser una familia numerosa querían tener opciones diversas y separadas para que pudieran estar diferentes grupos de gente reunidos simultáneamente sin molestarse.
La pileta, revestida en color blanco, y el espacio de solarium están a continuación del comedor exterior donde se encuentra la parrilla y se incorporan armoniosamente al paisaje.
Repensar los recorridos de una arquitectura que había quedado obsoleta, diluir los límites entre espacios, desdibujar la dicotomía entre interior y exterior, organizar y enriquecer las transiciones y multiplicar los puntos de reunión y encuentro, son los lineamientos arquitectónicos que dieron vida al diseño de esta casa pensada para ser “vivida y disfrutada con familia y amigos”.
Producción: Mariana Soulages. Fotos: Fabián Uset.
Más información: parati.com.ar