Reunió a su familia y funcionarios para ver cómo hacer la salida de los duques de Sussex lo menos complicada para la Corona. Habló de un "período de transición" y de respetar "el deseo de Harry y Meghan de crear una nueva vida". El por qué la Isabel II fue la única que los duques mencionaron con cariño en su renuncia.
"Son asuntos complejos que mi familia tiene que resolver", con esas palabras la reina Isabel II comunicaba los resultados de una reunión convocada de emergencia para tratar la abrupta renuncia de los duques de Sussex a ser parte oficial de la Familia Real.
Tras el esperado encuentro en Sandrigham - con las casas de Buckingham, Clarence, Cambridge y Sussex- Isabel II habló: mencionó un "período de transición" (se trata de un caso nunca antes visto, por lo que hay muchas dudas por resolver), una nueva vida para los duques de Sussex entre Canadá y Reino Unido y señaló: “Hoy, mi familia ha tenido una conversación realmente constructiva sobre el futuro de mi nieto y su familia".
La reina destacó (en este mensaje que parece venir directamente de ella, sin mucho protocolo ni asesores de por medio): "Mi familia y yo apoyamos completamente el deseo de Harry y Meghan de crear una nueva vida como familia joven".
No se guardó nada: la soberana marcó que ella habría preferido que su nieto y su mujer siguieran "a tiempo completo" su trabajo (porque les toca representar a Buckingham ante el pueblo) como miembros de la familia real, pero que entiende.
A los 93 años, la reina debió enfrentar otro (gran) cambio y el cimbronazo vino desde adentro: desde el interior de Palacio.
Los expertos en temas de la Corona y biógrafos de la reina Isabel se muestran sorprendidos por el anuncio de la soberana. Marcan que es la primera vez que se muestra vulnerable y marca "mi familia". Un tema muy personal para alguien a quien siempre le gustó evitar exponer los trapitos al sol: "mi nieto".
Se dice que la reina Isabel II se enteró de esta renuncia a los deberes de la familia real (y sus beneficios) solo diez minutos antes de que se hiciera público. Que vio esta actitud de Harry con mucha tristeza. Es que cuentan que la soberana (que siempre puso muchas esperanzas en la joven guardia real, con sus nietos al frente) le venía pidiendo a la pareja paciencia y que pensara bien las cosas antes de decidir el próximo paso a dar. No sucedió.
Pero Isabel II entiende que la situación de Harry cambió. Que, con el nacimiento de los hijos de William y de Kate -George, Charlotte y Louis-, su nieto preferido pasó de ser tercero en la línea de sucesión a sexto. Con responsabilidades de la realeza pero también atándolo de manos en muchas acciones donde a Harry (y especialmente a Meghan) le gustaría participar.
Hoy, con la renuncia de los duques de Sussex y ante semejante división en su reinado (y de su familia) la soberana pide que sus consejeros encuentren una "solución viable"... y que la encuentren ya. Abogados, historiadores e incluso el gobierno (ya que se trata de un asunto de Estado) tratan de ver qué sacan de la galera.
Carlos no puede más con su frustración. Dicen que el príncipe de Gales está muy enojado por los esfuerzos que hizo por su hijo menor.
Que (además del "sueldo" que Harry y Meghan recibían por sus funciones oficiales), mucho del dinero con el que los duques se manejaban para sus gastos personales -desde lo que fue su boda a los arreglos en su nueva casa, para que Meghan se sintiera cómoda- vinieron de su bolsillo "particular" (impuestos generados de sus propiedades, entre ellos el Ducado de Cornualles). Un dinero que piensa cortar. No cree en miembros de la familia "medio reales". O están o no están.
Tiene coronita
Ante cada vez más chances de que el reinado de Carlos sea -por su edad- breve, hace tiempo ya que Isabel II se apoya mucho en el consejo de William ya en pose de futuro rey. Desea saber su opinión y cómo enganchar a un pueblo joven que ya no comprende y su nieto sí. ¿Y qué dice William? Tiene una postura intransigente. Elige cortar por lo sano, cueste lo que cueste.
Esto le trajo sus problemas al hijo mayor del príncipe y de Lady Di porque, en su afán de mantener a flote la monarquía (y llegar a reinar algo alguna vez), William impulsó el que la reina redujera al mínimo los beneficios de la Familia Real. Achicándola y dejando solo a sus herederos directos.
El duque de Cambridge (con el apoyo de su padre y de Camilla Parker-Bowles) incluso trató de dejar afuera a sus primas, Beatrice y Eugenie -hijas del príncipe Andrés caído en desgracia tras el escándalo por pedofilia de su amigo Jeffrey Epstein el año pasado-. Lo cual causó un gran malestar familiar.
Hoy el duque de Cambridge le soltó la mano a Harry. Siempre tan unidos (en especial desde la muerte de Lady Di en 1997), se dijo que el heredero confesó a un amigo que la relación con él no era la misma. "He puesto mi brazo sobre los hombros de mi hermano toda la vida, pero ya no puedo seguir haciéndolo".
Y, así como el rey Felipe en España quien le dio la espalda a sus hermanas ante sus escándalos y se aferra a su reinado con su familia de cuatro (mujer y dos hijas), también William ve que ya es hora de velar por la suya: Kate Middleton y sus tres hijos. La era de los fabulosos tres (en tiempos donde Meghan Markle aún no existía) se disolvió.
Hoy hay un equipo conformado por William y Kate (clásico, formal) con el apoyo de Carlos y de Camilla y otro, más alejado (y popular) conformado por Meghan y Harry. ¿La reina? Ella solo intenta hacer que estos cambios no afecten el trabajo de toda su vida. A sus 93 años, Isabel II jamás pensó en tener que lidiar con esto: un Megxit.
Del encuentro en Sandrigham, se sabe que Kate Middleton no fue de la partida (prefiere dejárselo a William, evitando mayores problemas con su cuñada). Se esperaba que Meghan sí lo hiciera vía teleconferencia (es que la duquesa ya está en Canadá, reunida con su hijo Archie quien había quedado al cuidado de su niñera y una de sus íntimas amigas) pero sospechosamente eso no ocurrió.
Se dice por lo bajo que Harry y Meghan temían que, si hacían el anuncio con él en Inglaterra, la Corona (Isabel II) viera la posibilidad de pedir la tutela de su su bisnieto Archie. Que su hijo se convirtiera en el "rehén" y que esto los hiciera cambiar de idea, algo que Lady Di siempre temió al intentar separarse de "la Firma", como llaman a Palacio.
En este cónclave, los Windsor comenzaron las negociaciones que dejarán afuera a la joven pareja. En este llamado "Megxit", Meghan y Harry anunciaron que piensan repartir su tiempo entre Canadá y Reino Unido y uno de los gastos a dividir y pensar será su seguridad: Harry es nieto de una reina.
El primer ministro Justin Trudeau ofreció a Isabel II una solución: que Canadá se hiciera cargo de esos gastos aunque esto generó una crítica inmediata de su pueblo y la reina no quiere que la imagen de la monarquía se dañe (aún más) .
En su rol de abuela y soberana. Isabel II decide por estas horas qué decisiones tomar. Por lo pronto, se entiende que les dejará seguir viviendo en Frogmore Cottage (propiedad que les regaló en su boda pero que sigue siendo propiedad de la familia real) cuando residan en Inglaterra. Un guiño de la abuela a su nieto favorito.
"Estos son temas complicados para nuestra familia y necesitamos trabajar más a fondo para solucionarlo, pero espero que se tomen decisiones definitivas en los próximos días”, declaró Isabel II.