Damián Betular quiso hacerse una escapada y se fue con amigos, entre ellos, Humberto Tortonese a pasar el fin de semana a una estancia cerca de Buenos Aires, en San Antonio de Areco.
Es una estancia que data del año 1830, que producía maíz, soja, trigo y ganado pero su dueño desde 2009, Jean-Francoise Decaux, la remodeló y reconvirtió transformándola en un hotel boutique rural.
Las 11 habitaciones llevan el nombre de famosos caballos de polo con la excepción de las habitaciones Gato y Mancha. Esos rinden homenaje a los caballos que fueron parte de un viaje épico hacia el norte.
Para que los huéspedes se puedan desconectar y descansar, no hay televisores en ninguna de las habitaciones o suites (una está ubicada en una sala de TV dedicada) y la conexión Wi-Fi solo funciona en algunos espacios comunes.