10 consejos prácticos para desarrollar la resiliencia: herramientas para una mentalidad más fuerte - Revista Para Ti
 

10 consejos prácticos para desarrollar la resiliencia: herramientas para una mentalidad más fuerte

La resiliencia es la capacidad de adaptarse y superar situaciones adversas. Aprender a ser más resiliente es fundamental para afrontar los retos de la vida. De este tema nos habla Paula Echeverria, terapeuta Terapia Transformacional Rápida.
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Mucho se está hablando, de un tiempo a esta parte, sobre la resiliencia. Según la Real Academia Española, la resiliencia es la capacidad de adaptarse y sobreponerse a situaciones adversas o perturbadoras.

Lo cierto es que desarrollar resiliencia es una habilidad vital que puede ayudar a afrontar los desafíos de la vida, sobreponerse a los malos momentos, que nadie puede evitar, y lograr salir adelante.

Más allá de la capacidad que tenga cada uno, de la fortaleza anímica y, lógico, de qué sea aquello que nos tira para abajo, podemos listar muchos consejos y herramientas prácticas que se pueden utilizar para desarrollar una mentalidad más fuerte y una confianza inquebrantable.

A continuación, van algunos de ellos:

Mi propio fan: es importante elogiarse y animarse a uno mismo con regularidad. En lugar de depender de la validación externa, es muy importante celebrar los logros y permitirnos progresar por nuestra cuenta. Una vez que aprendamos a aceptar por qué necesitamos nuestros propios elogios, más que de cualquier otra persona, habremos construido una base sólida para que florezcan la confianza y la resiliencia.

Confianza ciega: es esencial desarrollar un fuerte sentido de autoestima y confianza en nosotros mismos, centrándonos en las fortalezas y logros que tenemos. Una vez que aprendamos los secretos de cómo tener confianza, comenzaremos a reconocer nuestros talentos y habilidades únicos y a usarlos para enfrentar desafíos sin miedo al fracaso.

Mentalidad de abundancia: cuando uno se concentra en la abundancia que lo rodea, resulta mucho más fácil dejar atrás la mentalidad de escasez. Es importante reconocer el potencial ilimitado que existe tanto en uno como en el mundo, y cultivar una mentalidad de gratitud por los recursos que tenemos a disposición. Al hacerlo, se puede empezar a vivir una vida de abundancia y descubrir oportunidades que nunca creímos posibles.

Crítico silenciado: no debemos dejar que la voz negativa de nuestra mente nos detenga. En lugar de eso, hay que desafiar la validez de aquella voz y reemplazarla con afirmaciones positivas. En esa línea, reconocer nuestro valor, talentos y logros, y cultivar un diálogo interno de apoyo. Con la práctica, lograremos dejar de escuchar al crítico interno y convertirnos en nuestro propio mayor motivador.

Autocompasión: recordemos tratarnos con amabilidad y comprensión, especialmente cuando nos enfrentemos a situaciones difíciles. Imaginémonos como nuestros mejores amigos, ofreciendo el mismo cuidado y compasión que le daríamos a alguien a quien amamos. Esta es una herramienta poderosa para cultivar una mentalidad fuerte y resiliente que puede ayudar a superar cualquier obstáculo.

Mentalidad de crecimiento: debemos tener la actitud de sentirnos siempre capaces de aprender, crecer y desarrollarnos. En lugar de ver los desafíos como obstáculos abrumadores, considerémoslos como oportunidades para mejorar el crecimiento personal y expandir nuestro conocimiento.

Relaciones sólidas: el apoyo y la conexión son fundamentales para nuestra capacidad de prosperar como seres humanos, así que resulta esencial tomarnos el tiempo para cultivar relaciones sólidas con amigos, familiares y colegas. Busquemos a quienes nos animan y alientan, y estemos dispuestos a ofrecer lo mismo a cambio. Tener una red de apoyo en la que apoyarnos durante los momentos difíciles puede marcar la diferencia en nuestra capacidad de recuperarnos y cultivar la resiliencia.

Atención plena y reducción de estrés: una de las mejores formas de desarrollar resiliencia es incorporar prácticas de atención plena y técnicas de reducción del estrés. La meditación, la hipnosis, la respiración profunda y el yoga son algunos ejemplos de estas poderosas prácticas que pueden ayudar a controlar el estrés y mantener el equilibrio mental.

Metas realistas: este enfoque nos permite avanzar hacia nuestros objetivos sin sentirnos abrumados por el objetivo más grande. Al dividir las metas en pasos más pequeños y alcanzables, podemos crear una sensación de impulso y progreso que ayudará a mantenernos motivados y concentrados. Este es un aspecto esencial para desarrollar resiliencia, ya que nos ayuda a mantenernos en el camino correcto y a mantener viva la confianza frente a los reveses.

Fuente: Paula Echeverria, terapeuta RTT (Terapia Transformacional Rápida) certificada

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