El dolor de espalda durante el embarazo es una queja frecuente, y no es de extrañar. Por el aumento de peso y a medida que crece la panza, el centro de gravedad corporal cambia y las hormonas van relajando los ligamentos en las articulaciones de la pelvis, lo que puede ocasionar molestias en toda la espalda. Sin embargo es posible prevenir o aliviar estas molestias. Te decimos cómo.
Mantené una buena postura
A medida que el bebé crece, tu centro de gravedad se desplaza hacia adelante. Para evitar caerte, es posible que te inclines hacia atrás para compensar el peso, lo que puede sobrecargar los músculos de la espalda y contribuir al dolor. Tené en mente estos principios de la buena postura:
- Parate erguida y con la espalda recta.
- Mantené el pecho elevado.
- Mantené los hombros hacia atrás y relajados.
- No trabes las rodillas.
Al estar de pie, hacelo con los pies cómodamente separados para un mejor apoyo. Si debes estar de pie durante períodos prolongados, apoyá un pie en un taburete bajo y tomate descansos frecuentes.
La buena postura también implica sentarte bien. Elegí una silla que te sostenga la espalda, o colocá un almohadón pequeño detrás de la cintura.
Usá los accesorios adecuados
Usá zapatos de taco bajo -no chatitas- con un buen soporte para el arco. Evitá los zapatos de taco alto que pueden ocasionar que te vayas hacia adelante y te caigas.
Debes considerar también usar una faja de soporte para maternidad. Aunque las investigaciones sobre la efectividad de las fajas de soporte para maternidad son limitadas, algunas mujeres encuentran útil el soporte adicional, especialmente cuando a partir de los seis meses de embarazo.
Levantá peso de manera adecuada
Cuando vayas a levantar un objeto pequeño, ponete en cuclillas y levantate con las piernas. No flexiones la cintura ni hagas fuerza con la espalda. También es importante que conozcas tus límites. Pedí ayuda si la necesitás.
Dormí de costado
Dormí de costado, no boca arriba. Mantené una o ambas rodillas flexionadas. Considerá usar almohadas para embarazo o de soporte entre tus rodillas flexionadas, bajo tu abdomen y detrás de tu espalda.
Probá aplicando calor, frío o masajes
A pesar de que la evidencia que respalda su eficacia es limitada, podría ser útil masajear la espalda, o aplicar una almohadilla térmica o una compresa de hielo.
Incluí algo de actividad física en tu rutina diaria
La actividad física regular puede mantener tu espalda fuerte y aliviar el dolor durante el embarazo. Con la aprobación de tu profesional de la salud, intentá actividades ligeras, como caminar o ejercicios en agua. Un terapeuta físico también puede enseñarte estiramientos y ejercicios que pueden ayudar.
También podés estirar tu espalda baja. Descansá sobre tus manos y rodillas con tu cabeza alineada con tu espalda. Contraé tu estómago, doblando ligeramente tu espalda. Mantenete así por unos segundos, luego relajá estómago y espalda, manteniéndola tan plana como sea posible. Trabajá de forma gradual hasta 10 repeticiones. Preguntá a tu profesional de la salud sobre otros ejercicios de estiramiento también.
Considerá las terapias complementarias
Algunos investigadores sugieren que la acupuntura podría aliviar el dolor de espalda durante el embarazo. El tratamiento quiropráctico también podría brindarles alivio a algunas mujeres. Sin embargo, se necesita más investigación. Si estás considerando una terapia complementaria, consultá a tu médico. Asegurate de informarle al quiropráctico o acupunturista que estás embarazada.
Conoce cuándo consultar a tu profesional de la salud
Si tenés dolor de espalda intenso durante el embarazo o la molestia dura más de dos semanas, hablá con tu profesional de la salud. Puede recomendarte medicamentos como paracetamol u otros tratamientos.
Tené en cuenta que el dolor de espalda durante el embarazo puede ser un signo de trabajo de parto prematuro o una infección de las vías urinarias. Si el dolor de espalda aparece acompañado de sangrado vaginal, fiebre o ardor al orinar, contactá a tu profesional de la salud de inmediato.
Asesoramiento: profesionales médicos de Clínica Mayo.