Beber agua a lo largo del día es uno de los principales hábitos saludables, no solo ayuda a que no nos deshidratemos, sino que nos ayuda a mantener nuestro organismo balanceado, con todos sus sistemas funcionando correctamente.
También se sabe que a muchas personas les cuesta adquirir este hábito, prefiriendo los jugos o aguas saborizadas embotelladas que, si bien refrescan, no causan el mismo impacto en el cuerpo. En este sentido, las aguas infusionadas se presentan como una alternativa, dado que están hechas básicamente con agua, a la que se añaden frutas y endulzantes, con una preparación casera.
Esta bebida se está haciendo cada vez más conocida, es muchas veces recomendada por nutricionistas para tener a mano en la heladera e hidratarse en el día. Y su preparación es muy simple, ya que es a gusto: le sumás las frutas y hierbas aromáticas que más sean de tu agrado.
Cómo preparar agua infusionada
- En una jarra de boca ancha poné un litro de agua mineral o de filtro.
- Pelá, lavá y cortá las frutas o verduras que más te gusten: la idea es ponerles algunos trozos y no en cantidad: rodajas de naranja, uvas cortadas por la mitad sin semillas, trocitos de frutillas, rodajas de pepino y zanahoria.
- Sumá hierbas aromáticas: menta (en cualquiera de sus variedades), perejil, cilantro.
- Podés añadir algún endulzante: miel, azúcar de mascabo, stevia o dejarlo al natural.
- Mezclá bien y dejalo reposar en la heladera, al menos, durante dos horas.
- Bebelo cuando quieras. Lo ideal es tomarlo el día que lo preparás y, si te queda al día siguiente.
- Una vez que terminaste la jarra, desechá las frutas y hierbas usadas y repetí el proceso.
Algunas mezclas que funcionan muy bien:
-Manzana con un palito de canela.
-Limón, frutillas y albahaca.
-Lima con pepino y kiwi.
-Limón y jengibre.