Mi experiencia con tres perros machos me llevó a indagar sobre mitos y verdades sobre castración. Cuando tenía 7 años, tuvimos un mestizo de terrier que nunca fue castrado (en esos tiempos no era habitual este tipo de intervenciones). Tenía un carácter enérgico, saltaba un montón y cazaba palomas. Jamás presentó problemas de conducta con ningún integrante de la familia o con otros perros salvo cuando mi madre le decía de ir a bañarse: se escondía debajo de la cama y gruñía un poco.
De más grande, compré un golden retriever de 45 días en una veterinaria de Almagro. Un perro amoroso con un carácter sociable y dócil. Tampoco quise castrarlo durante muchos años. Comía lo necesario, se mantenía atlético y disfrutaba sus paseos. Era famoso en el barrio y todos lo amaban, inclusive su paseadora Marta.
Nunca se escapó, ni me provocó problemas con hembras. Sin embargo, a sus 7 años, por un testículo retenido pasó por el quirófano porque una doctora ecografista me asustó muchísimo diciéndome que podía llegar a convertirse en un cáncer sino lo castraba en ese momento. Ahí empezaron sus temas de ansiedad voraz con la comida y no paraba de comer basura de todo tipo. Tuvimos que ponerle un bozal en todos sus paseos. Desafortunadamente, a sus 9 años falleció repentinamente producto de una indigestión.
En la actualidad tengo un perro de un año y medio mestizo de labrador ya castrado al año de haber nacido. Dijeron que al castrarlo iba a calmarse y no iba a romper más nada en casa... Sin embargo, nunca se tranquilizó sino todo lo contrario: se agudizó su afán por romper todo y su energía fue en aumento. Descubrimos que su patología se llama ansiedad por separación y requiere que el perro desgaste energía mental o cognitiva para generar calma. Un adiestrador nos enseña las pautas para mejorar la convivencia con nuestros perros.
Jorge Antonio Serralonga de Adiestramiento Canino Tony ofrece su mirada personal sobre el tema de la castración en canes. Admite que la misma puede diferir con la de médicos veterinarios que promuevan la castración a temprana edad.
Sociabilización en cachorros
"La primera consulta que suelen hacerme cuando tienen un cachorro es qué se debe hacer para educarlos. Mi respuesta es que hay que sociabilizarlos a través de una estimulación temprana". Y aclara que los perros pasan por diferentes etapas. Así los detalla:
- Entre los 2 y 4 meses, no tienen noción de los peligros circundantes pero con recaudos hay que sacarlos a ver el mundo; evitar que toquen el piso para que no se contagien enfermedades en plazas o parques, respetando el calendario de vacunación. Llevarlos a upa, exponerlos a ruidos de la calle, que paseen en auto, ver a otros animales paseando, por ejemplo, ayuda a que el perro genere el hábito de vivir en sociedad con humanos y con pares.
- Entre los los 5 meses y los 7 meses entran en la etapa sensible y depende de la individualidad de cada can (sea mestizo, cruza o de raza pura) cómo se va a comportar.
- De los 7 meses en adelante hasta el año y medio o 2 años, dependiendo de su raza están aún en la etapa de la adolescencia.
"Un hábito interesante para los perros es que su visita al veterinario sea algo agradable y no sólo para que sufran cuando los pinchan. El perro va al veterinario para vacunarse, o curarse pero también debe ir de visita cada tanto para que su doctor lo premie con algún alimento y le demuestre su afecto como paciente."
"No es conveniente castrar a temprana edad"
"Cuando me consultan sobre cuándo castrarlos -admito- es un tema muy sensible para dueños y profesionales. A mi entender, la castración no deja de ser una mutilación y en muchos casos termina siendo un problema mayor; hoy castran a los perros a tempranísima edad, 6, 7 u 8 meses sin evaluar el temperamento e individualidad del perro (sean o no sean de raza pura). No los dejan madurar interrumpiendo su crecimiento. Los efectos de la castración se empiezan a observar luego de 6 u 8 meses en el comportamiento del animal", explica este experto.
"Antes de pensar en una castración se debe evaluar el temperamento de cada animal como individuo único (sea mestizo o de raza pura) y cómo se comporta a diario en sus rutinas junto a su manada (su familia)", agrega. "Por ejemplo, hay hembras que demuestran un carácter dominante o agresivo y deciden castrarlas enseguida para ver si se calman y el efecto puede ser todo lo contrario porque se ponen más reactivas, con lo cual pueden suceder situaciones peligrosas con algunas personas", aclara.
También advierte que "sucede lo mismo con los perros machos temerosos, que son reactivos por miedo. Se piensa en castrarlos para ver si "muerden" menos y puede pasar que se profundice el problema. Lamentablemente, un perro que tiene miedo puede reaccionar en forma agresiva para defenderse. Recordemos que el lenguaje de los perros es gestual y no verbal y que están constantemente observándonos y evaluándonos. El lenguaje del perro es gestual y también intervienen los olores, los gestos de los humanos para poder confiar y generar un vínculo dentro de lo que es su manada".
"Algunos de los fundamentos que dan los veterinarios es que si el macho no está castrado y olfatea una perra en celo a varias cuadras de distancia, puede romper cosas materiales para ir a buscarla o escaparse de su hogar. En mi opinión, no siempre debería suceder algo así porque si el macho nunca tuvo su primera relación sexual, es muy difícil que se enloquezca por una perra en celo a metros de distancia", comenta Serralonga.
"En segundo lugar, si tu animal está en un lugar seguro y vos tomás los recaudos para que ese animal no se escape, no debería pasar algo así. Personalmente, pienso que el tema de la seguridad en la tenencia de mascotas es algo clave para evitar una lista de inconvenientes. Una persona que tiene una mascota de más de 20 kilos, debe asumir y respetar todas las normas de seguridad para la convivencia en sociedad. Agrego que cada caso es único porque cada dueño asume la responsabilidad de su mascota de acuerdo al lugar donde vive, a sus tiempos, costumbres, etc.. por eso es bueno estar informado sobre comportamientos caninos", dice.
"Hay dueños que castran a machos a temprana edad porque rompen o son juguetones y quieren la casa sin un rasguño, pensando que se van a calmar o tranquilizar. No dejan madurar a su perro y luego es mucho peor revertir el mal comportamiento del animal. Otros los castran para que puedan estar con otros animales sueltos en el campo o plazas y podría suceder lo mismo: el animal tiene miedo porque no fue sociabilizado de cachorro, o por su falta de maduración física", enfatiza.
"Particularmente, pienso que es mejor castrar a las hembras luego de los 5 o 6 años de edad, cuando ya alcanzaron su punto máximo de desarrollo, para evitar problemas de salud que tienen que ver con su aparato reproductivo", comenta.
"De todos modos, son apreciaciones personales mías basadas en mi experiencia como adiestrador de canes y por todo lo que hablo con las personas. Sin embargo, he conversado con muchos veterinarios conscientes y coinciden plenamente con mi punto de vista. La idea es poder traer el tema a debate y no entrar en discusiones sin sentido", concluye.
Asesoró Jorge Antonio Serralonga en @escuelacanina.tony
Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos: