Comenzar un nuevo año es una oportunidad para reflexionar, reorganizar nuestras prioridades y establecer intenciones claras. Una dinámica poderosa que podes aplicar es una que utilizo con unos datos que inventé, a la que llamé: el "factor de encuadre".
Se trata de un ejercicio que te ayudará a evaluar lo que ha sido parte de tu vida hasta ahora, identificar qué merece quedarse y qué necesita transformarse, y definir lo que queres atraer y construir en los próximos meses.
Este proceso no solo aporta claridad, sino que también genera un enfoque emocional y mental renovado para el nuevo año en todas las áreas de tu vida. Como todo dado, tiene seis partes, por ende, una palabra por cada frente. Ellas son:
1. Eliminar: Lo que ya no sirve ni suma
El primer paso consiste en preguntarte qué aspectos, situaciones, o hábitos de tu vida actual ya no te aportan valor. Esto puede incluir relaciones que drenan tu energía, comportamientos que sabotean tu bienestar, o compromisos que no resuenan con tus objetivos.
Hacer una lista de estos elementos y concientizar que hoy en día solo “ocupan lugar” sin sentido te permitirá liberar espacio emocional para lo nuevo.
Podrías comenzar con la siguiente pregunta como eyector de respuestas a lo que debas eliminar: ¿Qué es lo que estás cargando innecesariamente que aporta desgaste y pesadez en tu vida?
2. Incorporar: Lo que deseás atraer
Pensá en lo que anhelás incorporar en tu vida este año. Tal vez sea más tiempo para vos, una nueva actividad que te apasione, relaciones más saludables o hábitos que impulsen tu desarrollo personal, vínculos nuevas, etc. Este paso consiste en visualizar lo que querés, manifestar y definir acciones concretas para hacer espacio a estas nuevas experiencias.
Por ejemplo podés realizarte preguntas como esta: ¿Cómo puedo incorporar más momentos de tranquilidad o descanso para mejorar mi bienestar?
O: ¿Qué valores o actitudes te gustaría incorporar en tu vida para sentirte más alineada con tus objetivos personales?
3. Me encanta: Lo que vale la pena mantener
Reconocé todo aquello que ha funcionado bien el año anterior y que deseás seguir cultivando. Estos pueden ser logros personales, vínculos significativos, o rutinas que han enriquecido tu vida. Mantené estos elementos en tu nuevo año como una base sólida sobre la cual construir.
Ejemplo de pregunta: ¿Qué cosas en mi vida han contribuido a mi felicidad o estabilidad y cómo puedo asegurarlas en este nuevo ciclo?
4. Me molesta: Evaluar y decidir
En este punto, identificá lo que te ha causado incomodidad o insatisfacción. Reflexioná si estos elementos deben quedarse porque tienen un propósito, o si es hora de liberarlos definitivamente. Esto te ayudará a discernir entre lo que puedes tolerar porque te impulsa y lo que simplemente no tiene cabida en tu vida.
Ejemplo: ¿Hay una lección oculta en aquello que te ha molestado? ¿O es mejor dejarlo ir?
5. Mantener: Lo que ha sido valioso
Finalmente, tomá nota de todo lo que, aunque pequeño, ha sido significativo para tu bienestar y productividad. Mantener lo que ha sido positivo asegura que no pierdas de vista los recursos que ya tenés y que pueden seguir marcando una diferencia.
Ejmpleo: ¿Qué hábitos o rutinas que has logrado mantener te han sido más beneficiosos en tu vida?
6. Cambiar: Ajustar o cambiar
Muchas veces, sin darnos cuenta, seguimos “arrastrando” acciones, pensamientos y situaciones que, por no frenar un tiempo, lo seguimos haciendo de manera automatizada.
Ejemplo de pregunta: ¿Hay algún cambio que te gustaría hacer en tu vida actual? ¿Qué pasos pequeños podrías dar para empezar ese cambio?
El "factor de encuadre" es un ejercicio que te permite iniciar el año con una perspectiva renovada, reconociendo tus logros, eliminando lo que ya no sirve y alineándote con lo que realmente importa. Recordá que cada decisión que tomes ahora, crea un impacto en tu futuro. Regalate este momento de introspección y compromiso con vos mismo, y deja que este año sea un reflejo de tu mejor versión.
Por Celina Cocimano, Coach Ontológico y Terapeuta Emocional, @celinacocimano
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