En estos días nos enteramos a través de los medios que Wanda Nara podría ser diagnosticada con una enfermedad o tendría una enfermedad. El debate comenzó a partir de la comunicación de algunos periodistas sobre este tema, adelantándose a lo que ella misma deseaba hacer en una situación que generaba angustia. Hasta acá los hechos.
La primera palabra que vino a mí frente a esto fue compasión. ¿Qué es la compasión? Es un sentimiento que se manifiesta en la comprensión del sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía, la compasión es la percepción y la compenetración en el sufrimiento del otro, y el deseo y la acción de aliviar o eliminar esa situación dolorosa.
¿Qué resuena en vos con esta definición? ¿A qué o a quién ponés en primer lugar en situaciones en donde hay un otro sufriendo? ¿Podemos creer que comunicar este hecho tal como se hizo alivianó o eliminó el dolor de Wanda Nara? ¿Fuimos capaces por un momento de ponernos en su lugar? ¿De imaginarnos siquiera cómo se sentía, qué necesitaba, qué quería? ¿De sus hijos enterándose antes que ella pudiera contárselo?
Siento que en este punto aparecen los valores que me definen y los valores que nos definen como sociedad. Este punto es central en mi mirada. Los valores en los que fuimos criados están permeados por los valores de la sociedad, de mi familia de origen, de lo que finalmente elijo hacer con ellos.
¿Qué elijo hacer? Dejo abierta la pregunta para que cada uno pueda responderse internamente.
¿Esta decisión está alineada con quién quiero ser?
¿Esta acción está alineada con quién quiero ser?
¿Esta relación está alineada con quién quiero ser?
¿Esta creencia está alineada con quién quiero ser?
¿Este hábito está alineado con quién quiero ser?
Siempre podemos elegir pensar o hacer algo diferente. Sea lo que sea. Y observar si eso que elijo hacer tiene coherencia con mis valores. Me y te regalo la pausa. Para frenar. Para respirar. Para reflexionar sobre lo que me pasa con este hecho. ¿Soy compasiva conmigo misma? ¿Puedo aceptarme así como soy?
Seguimos.