Los estereotipos de belleza presentes en toda sociedad imponen la manera de vernos nosotros mismos y de cómo percibimos a los demás, y estos pueden afectar de muchas maneras a los más vulnerables: los niños y los adolescentes.
Estos están presentes durante toda la vida y se imponen en todos los ámbitos, incluso en los juguetes, donde las muñecas y muñecos tienen una apariencia "que indican qué es lo lindo, lo aceptable y lo normal", indica Agustina Murcho Licenciada en Nutrición especialista en trastornos alimentarios (M.N. 7888 / M.P. 3196) quien añade que pueden afectar "En los hábitos, en la conducta alimentaria, en los comportamientos, en cómo se relacionan con los demás, se aceptan, en la autoestima".
Las redes sociales pueden funcionar como disparador de estos estereotipos y, en este sentido, la Lic. Murcho señala: "Actualmente, los niños y niñas las utilizan, aunque fueron consideradas en primer lugar para personas adultas: comparten fotos, comentarios, y pueden mostrarse de manera perfecta para evitar interacciones hirientes. El valor del “like” se asemeja al de ser reconocido y aceptado socialmente" y sentencia: "Ponen en evidencia lo que queremos y no podemos ser. Amplifican estereotipos inalcanzables, y estilos de vida irrealizables".
Por otro lado, la especialista aclara que "si bien para que se desarrolle un TCA deben combinarse varios factores (psicológicos, biológicos, familiares y sociales) existen algunas cuentas que pueden fomentar malos hábitos alimentarios, sentimientos de rechazo al propio cuerpo, y debilidad de autoestima", indica la Lic. Mara Fernández Psicóloga especialista en TCA (M.N. 36031).
Y luego apunta que las redes se consumen: "Aun sabiendo que muchas publicaciones son escenografías armadas, o fotos “retocadas”, en su afán por tener la vida o ser como ese influencer al cual sigue, puede incurrir en algunas conductas pocos saludables, entre ellas una alimentación restrictiva o compensatoria, con el objetivo de alcanzarlo".
En este sentido, la Lic Murcho nos advierte prestar atención a los mitos que se generan y que circulan: "Hoy en día todo es malo, la fruta es mala, la harina es mala, cenar es malo, tomar agua es malo", sentencia y apunta a los tan usados filtros: "Esto afecta un montón en la alimentación y también en la imagen corporal porque hay muchos filtros, se suelen mostrar cuerpos hegemónicos con ningún defecto, por más que hoy en día se visibilicen otros cuerpos".
"Se les aconseja que no crean en todo lo que ven. Que uno desconoce lo que realmente le sucede a la persona detrás de la foto. No sabemos si es feliz, si se acepta como es o solo está simulando, posando. Que si se sienten mal ante algunos posteos, que eliminen esa cuenta de su lista", indica la Lic. Fernández y agrega: "Todos somos diferentes, y es imposible ser una copia fiel de otra persona. La vida está para disfrutarla y el cuerpo es el envase que nos permite hacerlo, por eso cuanto más lo cuidemos mejor nos va a acompañar".
"Básicamente educación alimentaria y también que los nutricionistas dejen de dar consejos/mitos falsos, no solo están los consejos malos que dan algunos influencers si no también los mismos profesionales de la salud que no toman al profesional de la salud como un todo si no como un robot que se tiene que nutrir, no toman en cuenta el hambre emocional, el placer que uno come por recuerdos, solo toman la parte del nutricional y no tienen en cuenta la salud mental", cierra la Lic. Murcho.