En estas fechas, aumentan las consultas por accidentes en los ojos y el 80% se debe a lesiones por el uso de pirotecnia, mientras que el 20% restante a accidentes por corchos.
La mayoría de estos casos ocurre en adultos hombres y en menores de 20 años.
"Pueden ser leves, como erosiones o úlceras conjuntivales, quemaduras del párpado, o graves, como perforaciones o estallidos del globo ocular. Estas complicaciones necesitan cirugía y, en la mayoría de los casos, dejan secuelas irreversibles en la visión", expresó Rogelio Ribes Escudero (MN 116.304), jefe de trasplante de córnea del servicio de Oftalmología del Hospital Alemán.
A su vez, el especialista aseguró que suelen suceder en las personas que enciendes el explosivo, pero también en las que están alrededor debido a la expulsión de partículas que alcanzan varios metros a gran velocidad.
"La situación empeora cuando se colocan en recipientes como botellas, latas o ladrillos, ya que al estallar liberan partículas hacia todos lados", aseveró el médico oftalmólogo Germán Bianchi (MN 98.952).
Las recomendaciones para disminuir las lesiones son:
- Utilizar anteojos de seguridad (todos, el que los manipula y como los espectadores), que se consiguen en cualquier ferretería.
- Respetar un perímetro de seguridad, que deberá ser mayor o menor en función de la potencia del explosivo.
- En caso de que se produzca un accidente, acudir a un centro oftalmológico de inmediato. Si bien, se puede hacer una limpieza suave con agua para que arrastre restos de partículas de la superficie ocular.
- No comprimir el ojo hasta que el oftalmólogo descarte la existencia de una perforación ocular.
- Nunca permitir que los niños manejen elementos de pirotecnia y, en especial, sin la supervisión de un adulto.
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"Las lesiones producidas por corchos se deben por lesión directa al globo ocular al retirar el precinto de seguridad. La mayoría son graves, generan hemorragias internas del ojo y complicaciones en la retina", determinó Bianchi.
Asimismo, entre las recomendaciones, Ribes Escudero sugirió no dejar que el corcho salga volando, ya que, en su trayecto, puede rebotar e impactar en el ojo de alguna persona.
"Es indispensablo maniobrarlo con un repasador para tener mayor control y abrir la botella suavemente y, en caso de un accidente, acudir al centro oftalmológico más cercano", sentenció el oftalmólogo.
Es importante entender que no hay pirotecnia segura. Jugar con fuegos artificiales puede traer consecuencias irreversibles. La mejor prevención es no usarla.
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