La inmediatez con la que nos estamos habituando a vivir en los últimos años, nos está llevando a transitar, tanto de manera individual como en sociedad, totalmente desconectados de nuestros deseos y motivaciones. Las emociones cumplen un papel importantísimo a la hora de buscar la felicidad.
El presente se ha convertido en un tiempo difícil de comprender y en un camino incómodo de recorrer, ya que en cuestión de segundos pasa a ser parte del pasado. Las personas no logran concentrarse en el aquí y ahora; en lugar de eso, están siempre corriendo hacia lo próximo que va venir. El presente se termina en cuestión de segundos sin posibilidad alguna de disfrute. Desde mi punto de vista, este fenómeno está íntimamente relacionado con el concepto de dopamina.
La dopamina es una hormona vinculada al placer, la motivación y el deseo de avanzar en la vida. Se trata de una sensación que se experimenta en el cuerpo a corto plazo, como disfrutar de ciertos placeres, ya sea comer dulce de leche, tomar varias copas de vino con amigos o participar en una carrera de aventura nocturna. Sin embargo, cuando nos centramos únicamente en la gratificación inmediata, ésto puede generar una adicción que disminuye el placer inicial con el tiempo. Necesitamos consumir más para obtener ese efecto, y la satisfacción ya no es la misma.
En cambio, el concepto de serotonina, al que quiero llegar con este artículo, está relacionado con la felicidad a largo plazo. Se refiere a lo que cultivamos constantemente en el transcurso de nuestro camino, mediante trabajo y dedicación, con el objetivo de vivir de una forma más amorosa y feliz. Son dos caras de la misma moneda. Ambas son necesarias, pero el secreto radica en lograr un equilibrio donde la dopamina esté en pequeños momentos y la serotonina sea por lo que trabajemos a diario.
En este marco, considero fundamental establecer las bases que nos permitan conectarnos con el día a día en el que vivimos, que tanta paz nos da cuando aprendemos a transitarlo. Por ello, comparto mi cajita de herramientas emocionales que me han ayudado a construir mi presente con disfrute, paz y amor.
● La autoconciencia o autoconocimiento: Consiste en la capacidad de conectarse con uno mismo, explorar los miedos, debilidades y fortalezas, y aprender de ello. Así, es posible centrarse en lo que podemos hacer y entender qué es lo que nos detiene. Esta habilidad de conexión interna nos permite trazar nuestro camino, superarnos y encontrar la paz interior.
Propongo reflexionar y poner en palabras lo que pensamos de nosotros, y llevar un registro de ello. Abrazar nuestras experiencias y trabajar con cuadernos de escritura y meditación nos va a ayudar a desarrollar la autoconciencia.
● El amor propio: Implica cultivar una relación afectuosa con nosotros, practicar la auto aceptación, la tolerancia y mirarnos de manera compasiva. Debemos prestar atención a cómo nos hablamos, tanto en momentos de éxito como en situaciones desafiantes, y trabajar en fortalecer un vínculo sano. Propongo hacer una lista de nuestras cualidades y practicar meditaciones de apreciación que posibiliten la conexión con aspectos beneficiosos de nuestro ser interior.
● Meditaciones de apreciación: Está comprobado científicamente que la práctica repetitiva de la meditación ayuda a mantener la concentración en el ahora y reducir los pensamientos negativos. Ser conscientes del presente disminuye la ansiedad, y la autocrítica y nos hace ver el mundo de un modo más positivo. Es ideal meditar de forma rutinaria para entrenar la mente y generar serotonina, lo que nos lleva a una felicidad duradera. Sugiero combinar la meditación con respiraciones profundas y diafragmáticas para mejorar la concentración.
● Agradecimiento: Agradecer diariamente las cosas buenas que nos suceden nos brinda satisfacción y bienestar. Al apreciar lo que tenemos, cultivamos un pensamiento optimista y una visión más armoniosa de la vida. Sugiero llevar un registro periódico de agradecimientos y conectar con ellos a través de la meditación. También se pueden direccionar nuestros pensamientos de modo tal que se enlacen con tal intención. Al convertir esto en una rutina, construimos una mente más positiva.
● Respiraciones diafragmáticas: Inhalar por la nariz y expandir el abdomen durante 4 segundos, luego exhalar por la boca o la nariz y contraer el abdomen durante 6 segundos. Repetir de 8 a 10 veces, o más si es necesario, hasta sentirse más relajado. Esto ayuda a calmar la mente, reducir la frecuencia cardíaca y las pulsaciones y promover estados de placer y calma duraderos. Personalmente, lo utilizo como herramienta para conciliar el sueño.
Como coach de salud y bienestar, mi objetivo es ayudar a otras personas a vivir con una actitud más plena, disfrutando del momento de manera amorosa y comprendiendo el proceso de alcanzar la felicidad a través de pequeños períodos y logros a largo plazo. Desde mi punto de vista, esto es lo que realmente importa.
Fuente: Por Florencia Bondorevsky, coach de salud y bienestar. @florbondwellness
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