Las redes sociales son parte de la realidad cotidiana de hoy en día, no hace falta ser influencer para experimentar diferentes emociones ligadas a ellas. Estas redes, en sí no son buenas o malas, de todas maneras pueden producir tanto alegría y euforia como estrés, ansiedad e incluso depresión por lo que se puede observar o vivir en ellas.
Lo significativo que vale tener en cuenta, es que las redes sociales son solo un recorte de la realidad y no la realidad misma. En pequeños recortes las personas suelen mostrar lo mejor de sí. En aplicaciones como Instagram o TikTok, por ejemplo, muchos muestran sus éxitos, sus vacaciones soñadas, sus parejas exitosas, sus éxitos económicos, pero no todo lo que brilla es oro.
El problema de las redes: la exigencia que originan
Muchas veces el problema de estas redes es la exigencia que originan. Es significativo recordar que no son inocentes, están diseñadas para generar la exigencia de conseguir más likes, más visualizaciones, más seguidores, aunque seas una persona simple. La lógica de las redes es la de las máquinas tragamonedas, cada like, cada nuevo seguidor, cada comentario va a estar acompañado de una señal, un número en la parte superior, que te “obliga” a ver que sucede.
Esta señal activa una parte del cerebro que es la que genera dopamina, la hormona responsable del placer inmediato. La mayoría de las veces las señales son irrelevantes, pero de vez en cuando hay alguna que genera mayor interés, que hace que la dopamina suba y baje rápidamente generando la necesidad de más, esto hace que se siga apostando, porque la próxima puede ser la buena.
Necesidades y redes: dónde está la trampa
Al mismo tiempo que esto sucede, muchas personas comparan seguidores, likes, comentarios, ven si se está siendo aceptado o no, creyendo inconscientemente que la aceptación o el amor, pasa por la cantidad de acciones recibidas. Abraham Maslow fue un psicólogo que describió una pirámide de necesidades humanas, entre ellas se encuentran la necesidad de pertenencia y la de reconocimiento. Son necesidades reales y sentidas, que muchos esperan suplir a través de estas redes.
Es por esta razón que muchos sufren de ansiedad ante las redes, ya que sienten que su valía reconocimiento o capacidad de recibir afecto está mediado por ellas. Lo que los obliga a generar contenido con un propósito inadecuado, el de sentirse valiosos. Por otro lado, también se generan depresiones, cuando no se entiende que lo que se observa es un simple recorte, y pareciera que todos tienen mejor vida que la propia.
Por otro lado, en las redes sociales hay mucha más posibilidad de recibir comentarios negativos, existen los famosos haters. Esto se debe a que las neuronas espejo, responsables de la empatía, no están presentes cuando no tengo un vínculo cara a cara. Estas neuronas son las que hacen que si una persona, da evidencias de estar triste o enojada, su contraparte pueda verlo, sentir la emoción y actuar en consecuencia. Cuando se ve una foto, un video o imagen en internet, que no está en tiempo real, es mucho más fácil responder agresivamente, ya que no se ve la emoción del otro y los haters se multiplican.
Consejos: ignorar comentarios, bloquear o restringir usuarios
Es importante saber esto, quién agrede a través de las redes lo está haciendo a su interpretación de una imagen o a un recorte que a él lo refleja, y quien subió esa imagen no es responsable del comentario malicioso que recibe. En esos casos, lo mejor es ignorar el comentario y si es necesario restringir o bloquear a esa persona. Es cierto que bloquear a quienes son agresivos, insultan, o intimidan es un acto necesario para la salud mental, en caso contrario leer esos comentarios hace que la mente se prepare para una situación de alerta, ya sea de pelea o huida que permite que aumenten los niveles de ansiedad y estrés.
Es por la suma de todas estas razones que conviene darles a las redes el espacio que merecen, las verdaderas “redes sociales” son las personas que conocemos cara a cara y en quienes podemos confiar y sostenernos, y las aplicaciones, son medios que pueden ser bien o mal usados, para estar en contacto con nuestras redes sociales reales. Si te da o no un like un desconocido, es un problema que corre por cuenta de él, que por tu cuenta corra el ser auténtico y disfrutar de esas redes sociales auténticas, dejando las redes de internet en el lugar que conviene dejarlas.
En sus redes Flavio Calvo, @calvoflavio, donde tiene 215 mil seguidores, habla sobre diferentes temas que reflejan las emociones, los trastornos personales y de la sociedad en su conjunto. El profesional acaba de editar su libro "Mejores decisiones" .