Congelar óvulos a los 30
 

Congelar óvulos a los 30

Un debate que genera mucha polémica: ¿congelar óvulos con el fin de no cortar la carrera profesional y demorar la maternidad, es válido o no? Acá un planteo que nos deja pensando.

La congelación de óvulos a los 30 como una herramienta poderosa para el cuidado de la fertilidad
Congelar óvulos es la opción cada vez más popular entre las mujeres de 30 años que desean preservar su fertilidad. Pero ¿qué sucedería si en nuestra sociedad se aplicara el procedimiento como algo médico más de rutina? Ese es el debate que abren diversos profesionales tales como los que forman parte de la Asociación “Somos Grupo de Mujeres más”, quienes trabajan a diario el fortalecimiento en cuanto al apoyo y acompañamiento emocional en fertilidad y maternidad.

“Independientemente de la decisión que una luego tome respecto a ser madre o no, podría analizarse como una alternativa viable de prevención a futuro” plantearon. Pero ¿para prevenir qué? Prevenir, por ejemplo, posibles futuros malestares, preservar la salud mental en una eventual búsqueda de un embarazo. Adquirir la posibilidad de tomar la decisión el día de mañana con libertad y autonomía por supuesto, pero sin presión alguna por la edad que avanza y los óvulos que en paralelo van perdiendo calidad.

Naturalizar la práctica a los 30 -o incluso antes- como garantía de tranquilidad mental y de que el reloj biológico no corra al momento de tomar una decisión tan importante como la de ser madre, es relevante. Aplicar el congelamiento de óvulos totalmente como una rutina médica más, con la exclusiva libertad de elegir si luego usarlos o descartarlos.

La tecnología de reproducción asistida ha avanzado significativamente en las últimas décadas, ofreciendo nuevas oportunidades para las mujeres que desean posponer la maternidad, y congelación de óvulos ha emergido como una herramienta poderosa para el cuidado de la fertilidad. Este procedimiento permite a las mujeres preservar sus óvulos en su estado más saludable, lo que es especialmente relevante en la tercera década de vida, cuando la calidad y cantidad de los óvulos comienzan a declinar.

El cuidado de la fertilidad es un componente crucial del bienestar reproductivo y el hecho de congelar los óvulos ofrece una opción proactiva para las mujeres de 30 años que no están listas para la maternidad por razones personales, profesionales o médicas. De hecho, estudios han demostrado que la probabilidad de éxito en la fertilización in vitro (FIV) es mayor con óvulos criopreservados a una edad más temprana, debido a la mayor calidad genética y menor riesgo de anomalías cromosómicas.

La decisión de hacerlo puede estar acompañada de una variedad de emociones, desde la esperanza hasta la ansiedad, y por eso es esencial proporcionar apoyo psicológico a las mujeres en este proceso. La consulta con un psicólogo especialista en fertilidad puede ayudar a manejar las expectativas y las posibles preocupaciones emocionales, tales como el miedo al fracaso del tratamiento o el impacto en la vida personal y profesional.


A pesar de sus beneficios, la congelación de óvulos todavía enfrenta prejuicios y estigmas sociales: algunas percepciones negativas incluyen la idea de que las mujeres que optan por este procedimiento están desafiando las normas tradicionales de la maternidad o que están excesivamente enfocadas en sus carreras a expensas de la familia. Estos prejuicios pueden generar sentimientos de culpa o vergüenza en las mujeres, lo que subraya la necesidad de una mayor educación y sensibilización pública sobre la fertilidad y la reproducción asistida.


“En la era moderna, la autonomía reproductiva se ha convertido en un aspecto central de los derechos de las mujeres. Congelar óvulos representa una extensión de esta autonomía, permitiendo a las mujeres tomar decisiones informadas sobre su futuro reproductivo sin las limitaciones impuestas por el envejecimiento biológico”, afirmaron desde el equipo profesional de Somos Grupo de Mujeres más (@somosgrupomujeresmas). Y agregaron: “Este procedimiento es un reflejo de la evolución de los roles de género y las expectativas sociales, apoyando a las mujeres en la búsqueda de un equilibrio entre sus aspiraciones personales y profesionales”.


La práctica en mujeres de 30 años no solo protege la fertilidad futura, sino que también empodera de alguna manera a las mujeres en su toma de decisiones reproductivas. Al abordar los aspectos médicos, psicológicos y sociales, y al confrontar los prejuicios asociados, se puede avanzar hacia una sociedad que valora y respeta la autonomía reproductiva. Es esencial continuar la investigación y la educación en este campo para apoyar el bienestar integral de las mujeres en su viaje reproductivo y resaltar la importancia de cuidar la salud mental en todo este escenario.

Fuentes: @somosgrupodemujeresmas

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