¿Alguna vez te preguntaste por qué el dinero ingresa de esa manera a tu vida? ¿Por qué una y otra vez surgen los mismos inconvenientes con su ingreso? ¿O por qué, por más que trabajas y te esforzás, sentís que el dinero nunca alcanza?
Para cada persona el vínculo con el dinero es creativo. Detrás de estas experiencias cotidianas muchas veces se esconden patrones inconscientes profundamente enraizados en nuestra historia.
El dinero no es únicamente un medio de intercambio
Es un símbolo interno, cargado de emociones, creencias inconscientes y lealtades familiares invisibles. Nuestra relación con él no responde solo a lo que sabemos racionalmente, sino a lo que llevamos incorporado desde nuestra historia personal, transgeneracional y cultural. Lo que repetimos en este vínculo tiene más que ver con lo que heredamos y con el ambiente emocional en el que crecimos que con nuestras decisiones conscientes.
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Desde la mirada del inconsciente familiar, heredamos no sólo rasgos físicos o modos de hablar, sino también guiones no dichos sobre el merecimiento, la escasez, el éxito o el sacrificio. Por ejemplo, si en tu familia hubo generaciones que vivieron grandes carencias, es posible que sin darte cuenta mantengas la fidelidad a ese dolor. ¿O entra en juego la pertenencia? ¿A dónde pertenezco, si no soy como mi familia? Creyendo que vivir en abundancia sería una forma de traición.
Hay tres esferas que afectan nuestro vínculo con el dinero: la individual, la familiar y la colectiva.
● La esfera personal: aquí habitan las creencias generadas en tu biografía.
● La esfera familiar: es donde habitan las creencias del sistema familiar, donde la supervivencia del mismo estuvo en jaque, como quiebras, emigraciones, peleas de herencia, estafas intrafamiliares, etc.
● La esfera colectiva: habitan las creencias generadas de hechos históricos. Por ejemplo, el corralito, caída de mercado, invasiones, entre otras.
Trabajar el vínculo emocional con el dinero implica hacer una especie de arqueología interior: revisar, agradecer y liberar.
El primer paso para transformar nuestro vínculo con el dinero no es ganar más, sino hacer consciente lo inconsciente.
Preguntarnos:
● ¿Qué historias económicas atraviesan a mi linaje?
● ¿Qué creencias repito sin haberlas cuestionado?
● ¿A quién me parezco de mi familia con el dinero? ¿O a quién no me quiero parecer?
¿Y qué hay de las frases que escuchamos de niños? "El dinero corrompe". "Más vale pobre pero honrado". "Los ricos son egoístas".
Estas ideas, repetidas con la mejor intención, pueden convertirse en mandatos limitantes que operan en automático, impidiéndonos acceder con libertad a la prosperidad.
Vínculo con el dinero: testimonio sobre la herencia emocional de la escasez
Ana tiene 38 años. Me compartió su historia en un taller sobre creencias con el dinero. Durante años, por más que cambiara de trabajo o emprendiera nuevos proyectos, siempre volvía al mismo punto: deudas, frustración y sensación de estar atrapada.
Cuando empezamos a indagar, apareció una escena muy potente: su abuela había sido desalojada con cinco hijos en brazos: “Yo escuché esa historia mil veces, pero nunca imaginé que me estaba condicionando”. En su familia, el dinero estaba ligado al abandono, al dolor y a la pérdida. Inconscientemente, ella seguía fiel a ese relato.
Con trabajo terapéutico y ejercicios de reconexión familiar, Ana empezó a desmontar ese patrón. “Entendí que ser leal no es repetir el sufrimiento, sino poder transformar esa historia con amor y conciencia. Hoy me permito vivir sin miedo al dinero”.
Reconocer estos vínculos es un acto de amor y libertad. Nos permite honrar nuestra historia sin quedar atados a ella, y empezar a crear una nueva narrativa donde el dinero sea un recurso para la expansión, y no una repetición de heridas pasadas.
El trabajo profundo con las creencias y la memoria familiar nos invita a reconciliarnos con el dinero como energía vital, creativa y disponible. Solo cuando soltamos el juicio, podemos abrirnos a la abundancia con conciencia y dignidad.
El dar y recibir son 2 actos sagrados y el dinero solo un mensajero. El dinero no es un enemigo ni un premio, sino un reflejo de nuestro estado interno. Cuando comenzamos a sanar desde la raíz, nos damos cuenta de que no se trata solo de finanzas, sino de permiso, amor propio y libertad.
Honrar nuestra historia, y al mismo tiempo darnos permiso para escribir una nueva, es quizás uno de los actos más profundos de sanación y transformación que podemos hacer.
Fuente: Natalia Ciampone, facilitadora en Constelaciones Familiares y Organizaciones, coaching sistémico. Terapeuta de Trauma Somatic Experiencing. Parte del equipo de formadores en Somatic Experiecing Argentina. @nataliaciampone.constelaciones
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